Carta abierta al Presidente argentino para que no subsidie a los monocultivos forestales
6 de Noviembre de 2006
Sr. Néstor Kirchner
Presidente de la República Argentina
De nuestra mayor consideración,
A través de la presente, la Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Arboles, una organización con representación en 16 países latinoamericanos, desea hacerle saber nuestra profunda preocupación por las medidas que se están instrumentando en la República Argentina para aumentar sustancialmente las áreas de monocultivos forestales. Nos referimos concretamente a la noticia que se hizo pública recientemente, sobre la instrumentación por parte de su gobierno de otorgar mayor cantidad de subsidios, a través de la ley 25.080 de promoción de “Bosques Cultivados”, a los monocultivos forestales a gran escala en diversas provincias del territorio argentino.
Los monocultivos forestales que se han venido promoviendo en toda Latinoamérica son responsables de gravísimos impactos económicos, sociales y ambientales, además de ser la causa de numerosos conflictos en la región. Nuestros pueblos han sido testigos y existe ya documentación y pruebas suficientes de que los monocultivos forestales son la causa de:
- Impactos a nivel social. Las plantaciones a gran escala han ocupado --legal o ilegalmente-- amplias áreas de territorio en nuestro continente. Esas áreas estaban ocupadas por poblaciones locales que fueron desplazadas. Ello significó la pérdida de todos o gran parte de los recursos de que hasta entonces disponían, forzándolos a la migración o empujándolos a la pobreza. La generación de empleos por la actividad en las plantaciones ha mostrado no ser una opción para las poblaciones locales, ni en cantidad ni en calidad y el balance neto en materia de ocupación ha resultado ser negativo a nivel local.
- Impactos a nivel económico. El subsidio a las plantaciones de árboles a gran escala ha enriquecido a unos pocos con el dinero de todos. Ha profundizado la exclusión social, la concentración y la extranjerización de la tierra. Además de desplazar a la población rural y eliminar su base productiva ha aumentado su dependencia de recursos externos para su subsistencia. Nuestros pueblos empobrecidos han estado subsidiando directa e indirectamente a las grandes empresas nacionales y/o internacionales instaladas ya en muchos de nuestros países.
- Disminución de recursos hídricos. Resulta ya inadmisible que se siga insistiendo que las plantaciones de monocultivos de árboles a gran escala no afectan los recursos hídricos. Basta recorrer las áreas ocupadas por monocultivos de árboles a gran escala --ya sea por eucaliptos o por pinos-- para constatar el desecamiento de cursos de agua, humedales y pozos de los que dependen las poblaciones locales.
- Deforestación. Abundan los ejemplos en los que este tipo de monocultivos se constituye en una causa directa de deforestación. En nuestro continente es bien conocida la destrucción de amplias áreas de bosque nativo chileno así como de la Mata Atlántica y el Cerrado en Brasil, o la destrucción de la Selva Misionera en su propio país. Procesos de deforestación similares se han dado en casi todos los países de la región en los que se instalan monocultivos de árboles a gran escala. Es inadmisible que se continúe insistiendo en la falsedad de que las plantaciones de este tipo ayudan a disminuir la presión sobre los bosques, cuando la realidad está mostrando lo contrario.
- La destrucción de ecosistemas de pradera. Las plantaciones de monocultivos de árboles no sólo resultan en procesos de deforestación, sino que además destruyen otros tipos de ecosistemas igualmente valiosos, tales como las praderas. Los casos de Uruguay, el sur de Brasil y la propia República Argentina ya son paradigmáticos en este sentido.
Este modelo de monocultivos a gran escala sirve a los intereses de la gran industria internacional de la celulosa y el papel y a la industria de la madera, suministrándoles abundantes volúmenes de materia prima homogénea y barata para promover un consumo creciente de sus productos. También beneficia a poderosos intereses que participan en el negocio de la madera y el papel tales como los fabricantes de maquinaria forestal, los productores de plantas industriales, las empresas consultoras y los comerciantes mayoristas.
La expansión de los monocultivos forestales a quienes no beneficia y nunca va a beneficiar es a nuestros pueblos que deben enfrentar graves conflictos no queridos, causados por la instalación de grandes multinacionales en nuestros países.
Por lo arriba expuesto solicitamos que de manera urgente suspenda la promoción de monocultivos forestales y apoye las iniciativas para preservar el monte nativo y las actividades productivas de pequeña escala que tiendan a generar mayores puestos de trabajo y mejorar la calidad de vida de las comunidades en armonía con su ambiente. Subsidiar aún más los monocultivos forestales sólo traería como consecuencia el agravamiento de los impactos negativos y la profundización de los conflictos ya existentes.
Sin más, saludamos cordialmente,
Ana Filippini
en representación de la
Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Arboles
CC: gobernadores de las Provincias de Salta, Corrientes, Jujuy, Entre Ríos, Formosa y Misiones
Etiquetas: Argentina, monocultivo forestal
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