“Conservación Internacional” y el discurso “ambientalista”
Por Dr. Freddy Pacheco
Por Dr. Freddy Pacheco
Ante la acelerada destrucción ambiental que sufre el planeta, consecuencia de políticas económicas neoliberales que desdeñan la opción del desarrollo sostenible, imponen procesos de conservación de los recursos naturales dirigidos a asegurar (¡para sus financistas!) flora, fauna, recursos hídricos y minerales con los cuales sustentar el valor futuro de sus acciones en Wall Street.
Financia decenas de proyectos en Costa Rica, canaliza sus poderosos recursos directamente o por medio de otros entes, trabaja de la mano de corporaciones que, como Intel, disimulan el impacto ambiental de sus actividades industriales, cuenta con aliados estratégicos en el Ministerio del Ambiente y Energía (Minae), la Asamblea Legislativa y otros organismos gubernamentales. Así es “Conservación Internacional” (CI), que desde su sede en Washington exporta muy eficientemente el interesado discurso “ambientalista” aprobado por el Departamento de Estado, las empresas transnacionales y el Banco Mundial, y que es reproducido (aunque no gratuitamente) por conservacionistas “consagrados” de la fauna costarricense.
Ante la acelerada destrucción ambiental que sufre el planeta, consecuencia de políticas económicas neoliberales que desdeñan la opción del desarrollo sostenible, imponen procesos de conservación de los recursos naturales dirigidos a asegurar (¡para sus financistas!) flora, fauna, recursos hídricos y minerales con los cuales sustentar el valor futuro de sus acciones en Wall Street. Todo bajo el manto de una palabrería acuñada en las oficinas de los centros financieros y gubernamentales del gobierno de Estados Unidos, que incluso llega hasta el desprestigiado Pentágono.
Aunque en Costa Rica el proceso iniciara hace unas dos décadas, no es sino hasta ahora (gracias a la torpe divulgación que hiciera un personaje importante de ese engranaje) que pudimos ver impresas las intenciones confesas de los que han venido dictando qué hacer con las áreas de conservación, que gracias a un esfuerzo monumental del Estado hoy resguardan el 25% del territorio del país.
Creyéndonos dormidos, se estuvieron moviendo cual serpiente sigilosa y alerta, lista a disfrutar del bocado ansiado por los financistas. Así, el proyecto de ley con que se nos pretende arrancar el disfrute soberano de los más preciados recursos naturales, para servir en bandeja a una “Sociedad Anónima” los parques nacionales y otras áreas protegidas, además de su tinte entreguista, sirvió para desenmascarar a los promotores de la privatización de la mayor riqueza nacional.
Con el tendencioso argumento de que es urgente fortalecer y “consolidar” el sistema de áreas protegidas del país que sustenta (según ellos) la actividad turística nacional, plantean un silogismo escolar que los lleva a la conclusión de que los parques nacionales constituyen la principal fuente de divisas por turismo. Para ello, nos dicen en publicación de Rainforest Alliance (julio 2006): “Actualmente se desarrolla el proyecto ‘Venciendo las barreras que limitan la sostenibilidad del sistema de áreas protegidas de Costa Rica’, que incluye la realización de tres evaluaciones sobre los temas biológico, legal y de políticas sobre la estructura administrativa para lograr los cambios requeridos. Participan como consultores organizaciones de renombre como el INBio, Cedarena y el Cinpe de la Universidad Nacional.” Según lo publicado, el ingeniero agrónomo Mario Boza “estuvo a cargo de la fase inicial de esta iniciativa, que recibió financiamiento del ‘Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos’ (CEPF, por sus siglas en inglés)”, para el cual “el proyecto tiene el potencial de convertir el sistema de parques nacionales y reservas de Costa Rica en un modelo latinoamericano e incluso mundial para países en desarrollo.”
Si las Naciones Unidas a través del PNUD, o la dupla “Conservación Internacional”/Banco Mundial (de cuyos recursos se nutre el CEPF) están relacionados con el proyecto del “Servicio de Parques Nacional S.A.”, es algo que esperamos aclaren sus representantes en Costa Rica, pues lo descrito en el artículo citado (escrito por la periodista Katiana Murillo) hace pensar que podría existir un vínculo entre el proyecto de ley y “el de las barreras”. Aclaración trascendental en este momento, en vista del rechazo al proyecto de parte de las autoridades del Minae y del silencio profundo que guardan sus promotores, a quienes no importó dejar como huérfano abandonado en el limbo procesal, a la criatura producto de sus ímpetus privatizadores. ¿Acaso no harán nada los funcionarios de la ONU que aprobaron el proyecto creyendo en los argumentos de sus gestores? ¿Los costarricenses -incluyendo las autoridades gubernamentales- no merecemos una explicación? ¿No tiene límites la acción de “Conservación Internacional” en Costa Rica?. www.ecoportal.net
Ante la acelerada destrucción ambiental que sufre el planeta, consecuencia de políticas económicas neoliberales que desdeñan la opción del desarrollo sostenible, imponen procesos de conservación de los recursos naturales dirigidos a asegurar (¡para sus financistas!) flora, fauna, recursos hídricos y minerales con los cuales sustentar el valor futuro de sus acciones en Wall Street. Todo bajo el manto de una palabrería acuñada en las oficinas de los centros financieros y gubernamentales del gobierno de Estados Unidos, que incluso llega hasta el desprestigiado Pentágono.
Aunque en Costa Rica el proceso iniciara hace unas dos décadas, no es sino hasta ahora (gracias a la torpe divulgación que hiciera un personaje importante de ese engranaje) que pudimos ver impresas las intenciones confesas de los que han venido dictando qué hacer con las áreas de conservación, que gracias a un esfuerzo monumental del Estado hoy resguardan el 25% del territorio del país.
Creyéndonos dormidos, se estuvieron moviendo cual serpiente sigilosa y alerta, lista a disfrutar del bocado ansiado por los financistas. Así, el proyecto de ley con que se nos pretende arrancar el disfrute soberano de los más preciados recursos naturales, para servir en bandeja a una “Sociedad Anónima” los parques nacionales y otras áreas protegidas, además de su tinte entreguista, sirvió para desenmascarar a los promotores de la privatización de la mayor riqueza nacional.
Con el tendencioso argumento de que es urgente fortalecer y “consolidar” el sistema de áreas protegidas del país que sustenta (según ellos) la actividad turística nacional, plantean un silogismo escolar que los lleva a la conclusión de que los parques nacionales constituyen la principal fuente de divisas por turismo. Para ello, nos dicen en publicación de Rainforest Alliance (julio 2006): “Actualmente se desarrolla el proyecto ‘Venciendo las barreras que limitan la sostenibilidad del sistema de áreas protegidas de Costa Rica’, que incluye la realización de tres evaluaciones sobre los temas biológico, legal y de políticas sobre la estructura administrativa para lograr los cambios requeridos. Participan como consultores organizaciones de renombre como el INBio, Cedarena y el Cinpe de la Universidad Nacional.” Según lo publicado, el ingeniero agrónomo Mario Boza “estuvo a cargo de la fase inicial de esta iniciativa, que recibió financiamiento del ‘Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos’ (CEPF, por sus siglas en inglés)”, para el cual “el proyecto tiene el potencial de convertir el sistema de parques nacionales y reservas de Costa Rica en un modelo latinoamericano e incluso mundial para países en desarrollo.”
Si las Naciones Unidas a través del PNUD, o la dupla “Conservación Internacional”/Banco Mundial (de cuyos recursos se nutre el CEPF) están relacionados con el proyecto del “Servicio de Parques Nacional S.A.”, es algo que esperamos aclaren sus representantes en Costa Rica, pues lo descrito en el artículo citado (escrito por la periodista Katiana Murillo) hace pensar que podría existir un vínculo entre el proyecto de ley y “el de las barreras”. Aclaración trascendental en este momento, en vista del rechazo al proyecto de parte de las autoridades del Minae y del silencio profundo que guardan sus promotores, a quienes no importó dejar como huérfano abandonado en el limbo procesal, a la criatura producto de sus ímpetus privatizadores. ¿Acaso no harán nada los funcionarios de la ONU que aprobaron el proyecto creyendo en los argumentos de sus gestores? ¿Los costarricenses -incluyendo las autoridades gubernamentales- no merecemos una explicación? ¿No tiene límites la acción de “Conservación Internacional” en Costa Rica?. www.ecoportal.net
LA PRENSA LIBRE
Martes 19 de diciembre del 2006
Etiquetas: Conservation Politics
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