De soluciones falsas a soluciones reales para el Cambio Climático
En medio de su bienvenida crítica a la manía de los biocombustibles, publicado en ZNEt, Vandana Shiva incluye el siguiente punto: "El protocolo de Kioto evitó por completo el desafío material de detener las actividades que conducen a un aumento de las emisiones, y el desafío político de regular a los contaminadores y hacer que éstos paguen, de acuerdo con los principios adoptados en la Cumbre de la Tierra en Río. Por el contrario, Kioto optó por poner en marcha el mecanismo del comercio de emisiones, que en realidad recompensa a los contaminadores, asignándoles derechos a la atmósfera y a comerciar estos derechos a contaminar".
Por cierto, en 1997 en Kioto, Al Gore logró engañar a los negociadores, llevándolos a adoptar el comercio de carbono como la estrategia central del clima, a cambio del apoyo de Washington –que nunca se materializó.
De igual manera, en diciembre de 2007, la Conferencia de las Partes en Bali permitió que el debate de "todos contra Estados Unidos" ocultara problemas mucho más perdurables. Incluso muchos ambientalistas y ciudadanos bien intencionados piensan que construir a partir de los postulados de Kioto es la estrategia correcta para las negociaciones pos-Bali.
Entre éstos está la red de ONG conocida como Climate Action Network y los grupos ambientalistas financiados por las empresas, como la UICN, el Sierra Club, la World Wildlife Federation y el Environmental Defense Fund. Los senadores estadounidenses Sanders, Kerry, Liebeman, McCain, Leahy, Feinstein, Bingaman, Snow, Specter, Alexander y Carper propusieron leyes en 2007 para concretar el comercio de emisiones.
"Resolver un problema de mercado (la contaminación) con una solución de mercado" sigue siendo un precepto para algunos verdes 'light', a pesar de un año plagado de informes escandalosos, tanto de investigadores como de la prensa.
Hace un año, Peter Aherton, del Citigroup confesó en una presentación en Power-Point que el Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea (ETS por sus siglas en inglés) "no hizo nada para detener las emisiones" y actuó como un "impuesto fuertemente regresivo, gravando fundamentalmente a los pobres". Respecto del cumplimiento de las metas de la política, admitió que "los precios subieron, las emisiones subieron, las ganancias subieron… así que no, realmente no. ¿Quién gana y quién pierde? Todas las empresas de generación – ganaron. Las empresas generadoras de energía en base a carbón mineral y energía nuclear- las que ganaron más. Los fondos de inversión de alto riesgo (hedge funds) y los que comercian con la energía – ganaron aún más. Los que perdieron...ejem...¡los consumidores!".
El Wall Street Journal confirmó en marzo de 2007 que el comercio de emisiones "dejará ganancias a algunas empresas muy grandes, pero no crean ni por un minuto que esta charada será de alguna utilidad para resolver el calentamiento global". El documento se refiere al comercio de carbono como una "búsqueda de ganancias al viejo estilo...ganar dinero haciendo trampa al proceso de regulación".
Hablando en el noticiero del Canal Cuatro de la BBC en marzo de 2007, el Comisionado Europeo de Energía daba su veredicto sobre el ETS: "un fracaso". Yvo de Boer, el flemático jefe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (PICC) de Naciones Unidas, advirtió sobre "la posibilidad de que el mercado también pueda colapsar". En abril de 2006, el precio del carbono en el mercado europeo cayó a la mitad de la noche a la mañana debido a la mala gestión de las autoridades del ETS.
Pero no solamente en Europa. Según una investigación del comercio de carbono (a través del Mecanismo de Desarrollo Limpio, MDL) en el Tercer Mundo, realizada por la revista Newsweek en marzo de 2007, éste "no está funcionando...[y representa] un camino groseramente ineficiente de reducción de las emisiones en el mundo en desarrollo". La revista califica a este comercio como un fraudulento 'juego de las tapitas' que ha transferido "US$3 mil millones a algunos de los peores contaminadores de carbono en el mundo en desarrollo".
Después de una exhaustiva serie de artículos sobre los problemas asociados al comercio y las compensaciones de carbono, el Financial Times concluye que no es más que una "cortina de humo" de carbono.
En junio, el diario The Guardian tituló su investigación con el mismo tono de burla: "La verdad sobre Kioto –ganancias enormes, y un poquito de carbono ahorrado… Abuso e incompetencia en la lucha contra el calentamiento global... La verdad inconveniente sobre la industria de las compensaciones de carbono".
Entre tanto, el profesionalismo y la sensatez de los grandes grupos verdes –o simplemente su amiguismo (ya que personal clave de la CAN trabaja ahora en la industria)—los ha vuelto absolutamente inútiles como observadores vigilantes del comercio de carbono.
LEA EL RESTO: http://www.ecoportal.net/content/view/full/79564
Etiquetas: Calentamiento global, Patrick Bond
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