miércoles, marzo 04, 2009

Un semillero de ideas: una tarde con Nelson Álvarez Febles


4 de marzo de 2009.
Por Eva Luz Menéndez
De Diálogo Digital

Elementos: tierra, libros, sabiduría. Es lo único que necesita el agricultor Nelson Álvarez Febles para hacer de su vida una historia. A sus 59 años de edad no tan sólo ha viajado el mundo sino que lo ha hecho regando una semilla que sí da cosecha… sus conocimientos en agricultura ecológica.

En los años 70, mientras vivía en una casa en Cataluña, abandonada y construida con piedra medieval, Álvarez sembraba en los Altos de los Pirineos en España y leía sobre la agricultura orgánica, en libros franceses y españoles traducidos del alemán. “Me fui a vivir con un grupo de gente con más ideología que conocimiento”, relata. Él era uno de los que se unía al movimiento ecológico de vuelta a la tierra que despertaba a los efectos del año 68 en el mundo y exigía mejor calidad de alimentos y sentía mayor preocupación por la deforestación y la perdida de la vida rural. Fue este periodo el que ocasionó que regresara a Puerto Rico a comenzar proyectos diferentes.

Al concluir sus estudios graduados en Derecho, decidió continuar en proyectos de política pública a nivel internacional, ofreciendo conferencias y seminarios en más de 20 países.

En 1978 regresó a Puerto Rico al barrio Matuyas en Maunabo “para hacer una agricultura de pico, asada y machete”, agregó el escritor quien pasa la mitad del año en Uruguay. En el 1981, a la luz de un quinqué, un hijo recién nacido, y una tierra en cosecha, Febles agarró un par de papeles sueltos y comenzó a escribir todo lo que había aprendido de los viejos agricultores que conoció y de su propia experiencia. Él decidió escribir un libro de huertos caseros adecuado a los frutos y a la realidad geográfica y climatológica de la isla.

Así fue como, mientras preparaba una bitácora del saber tradicional del jíbaro, le ofrecía también al puertorriqueño un manual para empezar su propio huerto en la finca, en la casa o en el suelo.

Esa bitácora se convirtió en la primera edición de su libro "El Huerto Casero: manual de agricultura orgánica". En ella, Álvarez explica que, el propósito del libro era sistematizar el conocimiento y la práctica de una agricultura orgánica adecuada a la realidad isleña del país.

Aunque han pasado 28 años, el agricultor asegura que los temas abordados en su libro, siguen siendo vigentes. “Hoy, para bien o para mal, mis trabajos siguen siendo los únicos. Si este libro se estaba usando por lo menos para hacer un trabajo renovado, era lo más justo hacer una nueva edición para los lectores”, añadió el también fundador y co-editor de la revista Biodiversidad, sustento y culturas disponible en www.grain.org/biodiversidad.

Para el autor, más que una mera publicación, este libro es una excusa para poder hablar sobre la urgencia en cambios de política pública que favorezcan la agricultura ecológica y sustentable.

El autor prefiere hablar de la agricultura orgánica/ecológica; ya que este término hace referencia a todas las variantes de la agricultura alternativa que tiene como meta la salud del ecosistema, la viabilidad a largo plazo y la responsabilidad social.

Luego, Nelson Álvarez Febles, participó del Proyecto Agro-orgánico de Cubuy (PAOC) en Canóvanas. Según relata en la introducción de su nueva publicación, tuvo tres años de existencia, nutridos por el optimismo de todos los que participamos en las siembras orgánicas y los talleres de capacitación. Estas experiencias fueron hincapié para todas las iniciativas posteriores que se han dado en Puerto Rico en la agricultura orgánica.

En el 1993, publicó el libro "La Tierra Viva: manual de agricultura ecológica", texto que recoge sus vivencias en diferentes fincas de América Latina, Estados Unidos y Europa e incluye parte de la tesis de su maestría en Ecología Social. Además, su texto se utiliza como referencia en las universidades y existe copia de éste en el Recinto de Utuado de la Universidad de Puerto Rico.

"Hacia una agricultura sin agricultores"

El jíbaro de hoy no encuentra semillas de maíz en la plaza del pueblo, trabaja sólo y no tiene incentivos reales del gobierno. Si pierde su cosecha por el riego de plagas, inundaciones imprevistas o por la naturaleza de la siembra no hay ningún seguro que lo proteja. “El que aún se atreve a alzar la azada en vuelo y trabajar dos o tres cuerdas de terreno lo hace con un alto nivel de idealismo y entrega”.

El jíbaro y su cosecha se plasmaron en la postal típica de la Isla, pero no es nuestro imaginario moderno. Lo contemporáneo y la finca no son sinónimos.

En opinión de Álvarez hay varios factores para esto. El desarrollo de la agricultura orgánica en Puerto Rico se enfrenta a un paso reciente de la agricultura rural a una urbana y con esto, la llegada de los supermercados como proveedor de los alimentos y la tierra como un terreno para ser construido. Esto, junto a los cambios alimenticios de la mesa puertorriqueña y la incapacidad gubernamental de proteger nuestra agricultura ocasiona que el 95% de los alimentos locales sean exportados y no ingeridos en la mesa familiar.

Además “la fascinación de la revolución verde basada en el uso de maquinaria, agrotóxicos e industrialización ha fomentado otro tipo de agricultura”, aseguró Álvarez Febles.

En su conferencia La agricultura ecológica en Puerto Rico vista desde la Ecología Social, Alvarez añade que si no nos educamos para pensar la agricultura y el consumo de otra manera el mercado seguirá ofreciendo productos extranjeros de baja calidad. “Nosotros, creo que tenemos la mayor responsabilidad intergeneracional para reflexionar ahora y proteger todos nuestros ecosistemas”, añadió.

El jóven agricultor RAúl Rosado. Foto: suministrada

Para que la agricultura orgánica realmente sea, tiene que ser ecológicamente sensitiva, económicamente sostenible, socialmente justa y consciente de la diversidad biológica que le rodea. Modelos idóneos de este comportamiento son los agricultores jóvenes de hoy que -a pico, asada y machete como hizo Álvarez en los 70- se encuentran trabajando la tierra y la conciencia de la sociedad boricua.

Algunos de estos ejemplos son el proyecto “Desde mi huerto” de los agricultores Raúl Rosado e Ivonne Reverón en Patillas (http://huertosorganicospr.blogspot.com), Organización de Agrotalleres Boricuá en Orocovis, coordinado por Edgardo Alvarado y el Proyecto la Chakra en Trujillo Alto (http://proyectolachakra.blogspot.com) organizado por un grupos de jóvenes agricultores y conocedores de la permacultura.


http://www.dialogodigital.com/node/837

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