lunes, enero 20, 2014

El FBI en Puerto Rico: Trucos sucios e intrigas sangrientas

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Carmelo Ruiz Marrero
CLARIDAD
Puerto Rico, 21 de febrero 2003


"Nos clasificaron o catalogaron como subversivos por emitir "libremente" nuestras opiniones y nuestras ideologías distintas, al reclamar los derechos  estatuidos por el propio sistema, al clamar por justicia, al abogar por mejores condiciones de vida, de trabajo y políticas. Y somos una nación subversiva, sin que ello sea ilegal, ni delictivo, sino porque es nuestro derecho."

- José Juan Nazario y Juan Santiago


En nuestro artículo de bienvenida al nuevo jefe de la oficina local del Negociado Federal de Investigaciones (FBI), Patrick Daly, mencionamos a COINTELPRO, un programa del Negociado para exterminar la disidencia en la Gran Democracia Americana. El director del FBI, J. Edgar Hoover, inauguró COINTELPRO en 1960 y continuó oficialmente hasta 1971. 

Este programa no se limitó, como muchos parecen creer, a operativos contra el Partido Comunista  (prácticamente inexistente en los 60) e izquierdosos  ponebombas (como el Weather Underground), sino también los hubo contra el movimiento de derechos civiles y su líder Martin Luther King, el movimiento contra la guerra de Vietnam y el movimiento independentista puertorriqueño. Noten que no dije 'Partido Nacionalista' o 'Comandos Armados de Liberación'. Los documentos desclasificados del FBI indican que COINTELPRO tenía todo el independentismo señalado para el exterminio.

Los operativos de COINTELPRO iban más allá de la mera vigilancia grupos disidentes (la cual era de por sí ilegal e inconstitucional); buscaban desarticularlos,  desacreditarlos ante la opinión pública, y destruirlos. Esto lo reconoce la Comisión Church del Senado de Estados Unidos. Tras el escándalo de Watergate, el Senado formó dicha Comisión, encabezada por el demócrata Frank Church, para investigar las actividades ilegales de la CIA y el FBI. 

En su informe final, presentado en 1976, la Comisión  reconoció que el FBI tomó la ley en sus manos con COINTELPRO. "El FBI impuso castigo sumario, no sólo  contra los alegadamente violentos, sino también contra los promotores del cambio no-violento", dice el documento.

Los documentos disponibles del FBI muestran que entre agosto y diciembre de 1960 la oficina del Negociado en San Juan inició operativos contra el Movimiento Pro Independencia y la Federación de Universitarios Pro Independencia. Estos operativos incluían:

* La interceptación de conversaciones telefónicas. 

* Circular cartas y documentos anónimos para causar discordia entre organizaciones independentistas.

* Difamar mediante caricaturas distribuidas a periódicos locales.

* Intentar impedir que el independentismo tenga acceso a los medios de comunicación masiva.

* Infiltrar informantes y agentes provocadores.

* Sabotaje y daños a la propiedad de organizaciones e individuos.

En estos esfuerzos, el FBI cont´ø con la cooperación de la Policía de Puerto Rico. Según el profesor Ramón Bosque: "Resulta evidente que el modelo de persecución política que representa el caso de las carpetas en Puerto Rico fue acuñado precisamente en Estados Unidos bajo la tutela del FBI. Más aún, su puesta en práctica por la Policía de Puerto Rico a lo largo de los años estuvo, no sólo inspirada en dichas prácticas del FBI, sino supervisada y en buen grado dirigida por dicho organismo federal."

Muy democrático el FBI

Las acciones del FBI contra el independentismo  incluyeron interferencia directa en eventos electorales. Esto es particularmente significativo, ya que las elecciones son sagradas en el modelo de Democracia a la Americana, y a los estudiantes se les enseña que la mayor virtud del sistema político estadounidense es que los ciudadanos de Estados Unidos escogen sus líderes y opciones políticas libremente mediante el voto. Pero los documentos del FBI cuentan otra historia.

El FBI hizo todo lo posible por romper el consenso entre los sectores independentistas ante el plebiscito  muñocista de 1967. Según las investigadoras Carmen  Gautier Mayoral y Teresa Blanco Stahl:

"De las 500 páginas de documentos a nuestra  disposición, casi una décima parte- o 46- bregan con trucos para evitar el éxito de la huelga electoral para el plebiscito. Cubre un periodo de diez meses antes del plebiscito del 23 de julio de 1967. Comienza el periodo con una carta del 2 de septiembre de 1966 al Agente Especial a Cargo en San Juan del director del FBI, horrorizado por el acercamiento que hiciera el presidente del PIP Dr. Gilberto Concepción de Gracia en agosto de 1966 al Lcdo. Juan Mari Brás."

Empapados de sangre

Además del espionaje, hostigamiento, infiltración de informantes y provocadores y sabotaje de procesos electorales, la campaña del FBI contra el independentismo incluyóo el asesinato político. Veamos este pasaje del informe final del Senado sobre Cerro Maravilla, donde se describe uno de los escuadrones de la muerte que merodeaba por Puerto Rico en los 70:

"Este grupo, integrado por el Marshall Federal José A. López, Julio César Andrades y personal adscrito (entre otros) encarnaron de 1978 a 1980 las lecciones  aprendidas en la Escuela de las Américas, impartidas por personal de las Fuerzas Especiales del Ejército Norteamericano... Recurría a grupos de civiles, ex-militares, ex-policías y voluntarios."

El programa COINTELPRO cesó oficialmente en 1971, pero cuando Juan Mari Brás recibió su carpeta federal, encontró documentos de 1976 y 1977 que describían operativos contra él y contra el Partido Socialista. De particular interés fue uno con una descripción detallada del asesinato de su hijo, Santiago "Chagui"  Mari Pesquera, que ocurrió en 1976. El autor del memorando habla casi con gozo acerca del impacto que ese acto criminal tendría sobre la carrera política de Mari Brás. Un borrón de tinta negra oculta lo que parece ser la identidad del asesino.

Además de Chagui y los mártires de Maravilla,  ocurrieron varios otros asesinatos políticos contra la izquierda en la década de los 70: el líder sindical Juan Caballero, el joven exiliado cubano Carlos Muñiz Varela, el militante socialista Angel Charbonier y el prisionero político Angel Rodríguez Cristóbal, asesinado en un presidio en Estados Unidos mientras cumplía una condena por desobediencia civil en Vieques. A esto hay que añadir otros actos de terror como los bombazos a los cuarteles del PIP y del PSP, las oficinas de este periódico y a la Impresora  Nacional. Un total de 170 actos de violencia contra el independentismo en quince años, según el libro Agents of Repression de Ward Churchill y Jim Vander Wall.

Si el FBI investiga y combate el terrorismo y la violencia política irrespectivamente de su origen, si de verdad lo hacen con ecuanimidad y sin banderías políticas, entonces ¿Por qué estos crímenes están sin resolver?

¿Falta de recursos? En su libro The COINTELPRO Papers, Churchill y Vander Wall informan que en los 70 la oficina del FBI en San Juan tenía 80 agentes organizados en cuatro escuadrones, con 60 agentes adicionales distribuidos en tres oficinas regionales. Con frecuencia venían a la isla técnicos especializados para realizar tareas particulares. Y encima de todo eso, el Negociado contaba, como siempre, con la completa cooperación de la Policía de Puerto Rico y sus diferentes unidades.

Y como si esos recursos no fueran abundantes, la oficina de San Juan colaboraba, y sigue colaborando hoy, con la CIA, el Servicio Secreto, la Inteligencia Naval, el Destacamento de Inteligencia Militar 771 y el Departamento de Estado, todos los cuales tienen bastante personal en Puerto Rico. Esta es una impresionante concentración de recursos para un pequeño archipiélago caribeño con menos de 4 millones de habitantes.

Entonces, ¿Qué está haciendo el FBI para cumplir con su supesta misión de combatir el terrorismo?

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