Los federales
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Por José Escoda
Hace poco vimos como unos agentes federales se metieron a la brava a la casa del alcalde de Humacao dizque a buscar a alguien que ya estaba en la cárcel, y como luego la fiscal federal dijo que tal acción no fue un error, si no que estaban “buscando evidencia”… Eso debe ocasionar al menos una reflexión sobre cómo en Puerto Rico –hasta en algunas mentes destacadas– existe admiración y confianza en “los federales”.
Un escenario principalísimo donde ellos aparecen como superhéroes –incluso frente a casi toda nuestra prensa– es en la llamada guerra contra el narcotráfico. Si los federales efectúan una redada, la prensa la cubre como publicistas bajo contrato con ellos. Y si incautan armas, balas y drogas, las cámaras parece que se hicieran pajas mentales con las exhibiciones que crean para el despliegue de las mismas (parecidas a las de la policía del ela, pero con escenografía más cara), donde hasta paran cada bala una a una en fila para que parezcan municiones suficientes para armar una guerrilla por muchos años. Pero ¿por qué ningún(a) periodista pregunta en estos montajes: ¿Y qué agencia “federal” dejó entrar esas balas, armas y drogas a Puerto Rico? ¿Van a acusar de negligencia a cuál de las agencias: a la de armas, a la de drogas o a la de puerto o al correo? ¿O a todas juntas?? ¡¡Vamos, toda redada en Puerto Rico lo que hace es recoger un menudo de lo mismo que esos federales propician que entre a nuestro país, tal como ocurre con comunidades nativas, negras y latinas pobres en los EUA!! Pero nada de eso siquiera se menciona en las noticias comerciales del país.
Otra pista del circo donde los federales aparecen como que miden tres pies más altos que los mortales es en asuntos de corrupción. Tanto en casos civiles, del gobierno o en el ámbito sindical y otros, si le metieron mano los federales “es porque el traqueteo era importante y entonces sí tiene que haber corrupción … pero ahora eso se va acabar…”. Como si los federales escogieran sus casos estrictamente por justicia y los investigaran sin errores, prejuicios ni compraventas. Incluso más de un comentarista radial que en ocasiones parece nacionalista de lucha, en esto de la corrupción parece creer que los federales son iluminados por los dioses. Sin embargo la burocracia federal legalista es igual de politiquera y controlada por el capital -o más- que la colonial, lo que pasa es que responde a otras presiones casi siempre ocultas. Toda investigación federal tiene un sesgo político importante, pero dentro de la caricatura de análisis del país, los mismos no se descubren.
Y peor aún: el cabildeo de grandes corporaciones multibillonarias es lo que determina las leyes que aprueba y las prioridades del gobierno federal. Así, lo legal, es manipulado día a día en el Congreso de EUA de forma tal que cuando estas empresas necesitan leyes acomodadas a sus intereses no tienen que recurrir a “sobornos ilegales”, pues el estado de derecho en ese ambiente permite los sobornos legales, lo que pasa es que se llaman “gastos de cabildeo” y “donativos corporativos a campañas”. Ver los contratos de gastos militares y “policiacos”… donde los federales gastan trillones entre una cúpula de amigos y familiares… ¡eso lo denunció hasta su presidente Eisenhower hace 60 años! De ese modo, las agencias de monitoría federal –que a su vez son dirigidas por ex gerenciales (o futuros gerenciales), accionistas (o futuros accionistas) de las mismas compañías que deben velar– evalúan como 100% legal todo acto por indecente sea, siempre y cuando lo ejecute una compañía que es lo suficientemente adinerada para comprar congresistas. Así, mientras que acá los federales arrestan a uno que otro político que recoge unos miles de pesos bajo la mesa, allá los grandes intereses logran elegir los senadores a fuerza de millones de dólares, y nadie rico entonces comete delitos.
Un cuarto escenario donde lo federal destaca es en sus cortes… como si el hablar en inglés y el que los fiscales y jueces sean “federales” creara olimpos de justicia. Total, así como los fiscales son empleados del Departamento de Justicia de los EUA, uno de los departamentos más politizados de EUA, los jueces vienen del mismo sistema imperial o del mismo lado colonial que los jueces del ELA. Eso sí, tienen palas más adineradas pa que los nominen, y mejores contactos en la política yanki pa que los confirmen. Sin entrar en asuntos de corrupción por sobornos directos, la carga ideológica de la judicatura federal de Hato Rey es harto conocida, documentada y reiterada. Sólo recordar al corrupto Víctor Fajardo: cuando él iba a comenzar a mencionar cómplices, el juez federal le dijo rápido que se callara que ya su caso estaba finiquitado. Cuando las protestas en Vieques, mientras que en los EUA por actos de desobediencia civil bien similares imponen multas de $100, aquí le metieron 3, 6 meses y hasta varios años a muchos y muchas. ¿Más justicia? ¡Qué va! Eso sí: más represivos en contra de lo boricua.
A fin de cuentas, los federales no solo son mortales, son igual de corruptos (algunos quizá son más caros), responden a intereses político partidistas, y ahora gracias a su “Patriot Act”, no tienen control… Puede que exista entre ellos algún “boy scout” honesto de verdá -¡¡y si existe, que renuncie!!- pues son sus jefes “federales” los que dejan entrar las drogas, armas y balas a Puerto Rico, son federales los que protegen y arman terroristas a nivel mundial, y también son federales los que aprueban leyes a favor de multinacionales criminales. Los federales definitivamente NO son los buenos de la película… El abuso en Humacao no fue una excepción, es su norma –pregunten en los caseríos-, pues su labor es a favor de los intereses de sectores bien altos de la burguesía de EUA… no de nuestra paz y vida en sociedad.
El autor es miembro del colectivo Pensamiento Crítico y del Frente Socialista.
Etiquetas: Escoda, esp, Frente Socialista, Puerto Rico
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