Organizaciones de América del Sur objetan el modelo de agricultura industrial basado en monocultivos e ingeniería genética
Movimientos indígenas, campesinos, y organizaciones sociales de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, se reunieron en San Miguel de Iguazú, Brasil para debatir los impactos de la soja y los monocultivos en todos los países de la región
Con la presencia de más de 600 integrantes de distintas organizaciones ecologistas, ruralistas, defensoras del medio ambiente, representantes de comunidades campesinas e indígenas, se realizó del 16 al 18 de marzo el Contra-Encuentro de Foz de Iguazú, que se opuso al Modelo de Agricultura Industrial basado en monocultivos e ingeniería genética. Su organización estuvo a cargo del Grupo de Reflexión Rural (GRR); el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) y la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Campesinas (CLOC).
Jorge Rulli, del Grupo de Reflexión Rural, reivindicó el lema "la tierra para el que quiera vivir en ella" y destacó la crítica situación que se esta viviendo en Paraguay, donde las comunidades indígenas y campesinas sufren agresiones constantes, ya que las máquinas fumigadoras de soja entran a los campos acompañadas por tropas del ejército y se producen enfrentamientos con los que ocupan y resisten.
Durante los debates las organizaciones sociales reafirmaron la necesidad de oponerse, con movilizaciones nacionales e internacionales al proyecto agro-exportador y a la transgénesis, que afectan a los pueblos del Cono Sur, agrediendo con los monocultivos al medio ambiente y a los campesinos.
También denunciaron la relación entre agronegocios e hidronegocios que, junto a la destrucción planificada de las mayores cuencas hidrográficas de América Latina, se encaminan a la privatización de las aguas.
Campesinos y ecologistas rechazaron cualquier posibilidad de darle sustentabilidad a la soja y establecieron estrategias para poner en práctica en cada uno de los países y regiones, frente las nuevas amenazas de añadir veintidós millones de hectáreas a los actuales monocultivos de forrajes transgénicos del Mercosur.
Los participantes consideraron que la expansión de los agronegocios basados en la agricultura industrial y la ingeniería genética atenta contra la salud de las poblaciones, implica riesgos irreparables de contaminación genética, y del medio ambiente debido al intenso uso de agroquímicos, pérdida de la fertilidad de los suelos agrícolas, deforestación (Ver Los desmontes en Córdoba superan la tasa mundial de deforestación).
Al referirse a la política sojera Argentina Rulli señaló: "en nuestro país aún rige el derecho de los agricultores de guardarse su semilla. El gobierno argentino quiere negociar regalías globales, pero a Monsanto no le interesa, quiere arreglar con el estado una suma fija por año. En este momento se han roto las negociaciones. La doctrina del gobierno es la biotecnología nacional, pero no es serio, porque en el rubro de los marcadores genéticos ya todo esta patentado y hoy es imposible reinventar la reingeniería genética".
Por otra parte representantes de la Comisión Pastoral de Tierra y la Vía Campesina de Brasil y del Paraguay expusieron la posición de sus comunidades frente a lo que consideran "un modelo letal", que esteriliza la tierra, expulsa a los campesinos, contamina las cuencas y elimina la agricultura local.
Al finalizar el encuentro se decidió incentivar y difundir experiencias agroecológicas campesinas, no simplemente como técnicas alternativas de cultivos, producción y consumo, sino, como visión alternativa de la vida y del mundo, creando nuevas relaciones entre la naturaleza y los seres humanos.
"Proponemos la soberanía alimentaria (que la población tenga asegurado el derecho a la alimentación, e impulsar el desarrollos de mercados formales y no formales de pequeños productores), la reforma agraria y la justicia social, afirmamos que las semillas nativas y de variedades son un patrimonio indelegable de nuestros pueblos, señalaron los participantes en el documento final.
* INFOCIVICA, Agencia de Noticias Cívicas
InfoRed, Internet, 28-3-05
Jorge Rulli, del Grupo de Reflexión Rural, reivindicó el lema "la tierra para el que quiera vivir en ella" y destacó la crítica situación que se esta viviendo en Paraguay, donde las comunidades indígenas y campesinas sufren agresiones constantes, ya que las máquinas fumigadoras de soja entran a los campos acompañadas por tropas del ejército y se producen enfrentamientos con los que ocupan y resisten.
Durante los debates las organizaciones sociales reafirmaron la necesidad de oponerse, con movilizaciones nacionales e internacionales al proyecto agro-exportador y a la transgénesis, que afectan a los pueblos del Cono Sur, agrediendo con los monocultivos al medio ambiente y a los campesinos.
También denunciaron la relación entre agronegocios e hidronegocios que, junto a la destrucción planificada de las mayores cuencas hidrográficas de América Latina, se encaminan a la privatización de las aguas.
Campesinos y ecologistas rechazaron cualquier posibilidad de darle sustentabilidad a la soja y establecieron estrategias para poner en práctica en cada uno de los países y regiones, frente las nuevas amenazas de añadir veintidós millones de hectáreas a los actuales monocultivos de forrajes transgénicos del Mercosur.
Los participantes consideraron que la expansión de los agronegocios basados en la agricultura industrial y la ingeniería genética atenta contra la salud de las poblaciones, implica riesgos irreparables de contaminación genética, y del medio ambiente debido al intenso uso de agroquímicos, pérdida de la fertilidad de los suelos agrícolas, deforestación (Ver Los desmontes en Córdoba superan la tasa mundial de deforestación).
Al referirse a la política sojera Argentina Rulli señaló: "en nuestro país aún rige el derecho de los agricultores de guardarse su semilla. El gobierno argentino quiere negociar regalías globales, pero a Monsanto no le interesa, quiere arreglar con el estado una suma fija por año. En este momento se han roto las negociaciones. La doctrina del gobierno es la biotecnología nacional, pero no es serio, porque en el rubro de los marcadores genéticos ya todo esta patentado y hoy es imposible reinventar la reingeniería genética".
Por otra parte representantes de la Comisión Pastoral de Tierra y la Vía Campesina de Brasil y del Paraguay expusieron la posición de sus comunidades frente a lo que consideran "un modelo letal", que esteriliza la tierra, expulsa a los campesinos, contamina las cuencas y elimina la agricultura local.
Al finalizar el encuentro se decidió incentivar y difundir experiencias agroecológicas campesinas, no simplemente como técnicas alternativas de cultivos, producción y consumo, sino, como visión alternativa de la vida y del mundo, creando nuevas relaciones entre la naturaleza y los seres humanos.
"Proponemos la soberanía alimentaria (que la población tenga asegurado el derecho a la alimentación, e impulsar el desarrollos de mercados formales y no formales de pequeños productores), la reforma agraria y la justicia social, afirmamos que las semillas nativas y de variedades son un patrimonio indelegable de nuestros pueblos, señalaron los participantes en el documento final.
* INFOCIVICA, Agencia de Noticias Cívicas
InfoRed, Internet, 28-3-05
Etiquetas: Soy
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