¿Liderazgo sudamericano de Brasil?
La aprobación de las represas del río Madera
La aprobación de las represas del río Madera
viola los principios para la convivencia pacífica de las naciones
Brasil aprueba licencia ambiental de las represas del Madera en Brasil y quiebra la vocación de diálogo de Bolivia. Negociados de la construcción y del agro se imponen a criterios sociales y ambientales.
El Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo FOBOMADE señala su indignación y rechazo a la aprobación inconsulta e irresponsable de la licencia ambiental de las represas Jirau y Santo Antonio, sobre el río Madera, que refleja la nula intención de mantener relaciones diplomáticas de alto nivel por parte del gobierno de Brasil, en medio de un escándalo institucional en el IBAMA, donde la presión política se sobrepone a las consideraciones de carácter técnico y donde los intereses de los negocios de la construcción se aprestan a la destrucción de la Amazonía y los pueblos que la habitan, aunque para ello tengan que cambiar técnicos de acuerdo a su subordinación política.
Es propicio este ingrato motivo para recordar la declaración del “Movimiento Social en Defensa de la Cuenca del río Madera y de la Región Amazónica”, conformado por representantes de Brasil y de Bolivia de Comunidades, Pueblos, Organizaciones Campesinas y afectados por represas, quienes señalaban en Guajará Mirim el 8, 9 y 10 de junio pasado, del presente año, cuando pedían al gobierno de Bolivia que mantenga y refuerce su posición de rechazo a estas obras y exigían al gobierno brasileño que cancele definitivamente el proceso de licenciamiento:
“Tomando en cuenta los principios que nos unen: nuestro vínculo indisoluble con la tierra y sus venas, los ríos por donde circula la vida para todos los pueblos que vivimos en reciprocidad: indígenas, campesinos, ribereños, pescadores y el derecho a definir nuestra forma de producir y vivir, porque la propia riqueza de la Amazonía, aun no expropiada, es resultado de un proceso continuo de convivencia e interacción.
Que la destrucción viene de la mano de la masacre de nuestros pueblos, del saqueo irracional y continuo de sus recursos y en la actualidad de la nueva planificación corporativa de la Amazonia a través de un paquete de megaproyectos y de instrucciones para el control del territorio.
Que la estrategia es la privatización de los recursos implementada por los aparatos estatales funcionales de nuestros países, tales como los Ministerios de Obras Públicas de Bolivia y el Ministerio de Minas y Energía de Brasil, lo que se complementa con la Estrategia de Conservación, a través de mecanismos como la gestión compartida, la presencia de organizaciones internacionales que insisten en dictar instrucciones de gestión de los espacios transfronterizos e imponer el mercado para “racionalizar” el uso de recursos, es decir, la privatización del agua, de la biodiversidad, de los conocimientos tradicionales, a través de los servicios ambientales, biocomercio y áreas protegidas privadas.
Que la Amazonía no es simplemente un epicentro de diversidad biológica originada en la accidentalidad geológica o climática, sino una construcción social, que refleja la intensidad y evolución de las relaciones entre los Pueblos y entre estos con su medio, de su movilidad, de sus memorias colectivas y tradiciones, es decir de la pluralidad de las formas de conocer y aprender.
El Complejo del río Madera es el proyecto piloto para la nueva gestión del territorio sudamericano, que pretende el establecimiento de una especie de estado paralelo, con su soberanía privada, sus propias reglas, al margen de la soberanía de las leyes nacionales. La reducción de las exigencias sociales, ambientales, institucionales y económicas para el licenciamiento de los proyectos es el sacrificio que debe hacer el Estado para atraer capitales, que continuarán reorganizando el espacio sudamericano como si fueran nuevos territorios empresariales.
Sus dos componentes indisolubles son el transporte de gran escala que busca adaptar los ríos amazónicos a las exigencias de los flujos del comercio transnacional y la producción de energía para lejanas zonas industrializadas donde la contaminación y el despilfarro contrastan con la falta de acceso a energía en la región y los elevados costos para la población, que imposibilitan el desarrollo de iniciativas locales.
La propaganda de la ansiada navegabilidad del río Madera y de la cuenca, oculta el hecho de que actualmente todos los habitantes amazónicos pueden remontar los ríos libremente, sorteando cachuelas y saltos, pero si las obras se implementan, con sus esclusas incluidas, solo las embarcaciones de gran calado, podrán pagar los costos de pasar y por tanto el río quedará cerrado para quienes integramos nuestras economías locales por vía fluvial.
Las inundaciones ocurridas el 2006-2007, por efectos de El Niño han mostrado claramente como será nuestra vida con las represas, las aguas que actualmente están retornando a sus cauces no lo harán nunca. Los niveles del agua, que eran históricamente niveles máximos de inundación, ahora sabemos que serán el patrón regular de inundación, que cubrirá nuestras áreas temporales de cultivo a las riberas de los ríos e inundarán nuestros bosques de castaña, mientras que río abajo, el río no transportará más los sedimentos que dan fertilidad a las várzeas donde se cultiva cuando el río se retira y por el contrario será causa de erosión de estas áreas.
En todas partes, la reducción de la velocidad del agua creará las condiciones para el incremento de malaria y agravará los efectos de la contaminación por mercurio, saturando los ya precarios servicios de salud y saneamiento.
Se afectará la pesca, principal actividad económica y de sobrevivencia de los habitantes ribereños, así como la reproducción de diferentes especies que viven en aguas dulces (quelonios y reptiles), provocando la extinción de numerosas especies. A ello se suma la pérdida de áreas de cultivo, de bosques, de paisajes con potencial turístico, todo lo cuál implica la expulsión de los habitantes hacia la periferia de las ciudades, o su sometimiento al subempleo y al trabajo forzado, juntamente con los miles de migrantes que serán trasladados durante el periodo de la eventual construcción de las obras.
Claramente el objetivo es la conversión de las tierras de la Región Amazónica al monocultivo y la expropiación de las mismas por parte de los intereses de los agrocombustibles, la minería y la explotación de los hidrocarburos.”
Hace un año que las organizaciones sociales del Norte Amazónico de Bolivia demandan al gobierno de Bolivia un posicionamiento claro ante el gobierno de Brasil. No es tiempo de debilitar la posición nacional que reclaman las organizaciones sociales de la región señalando preocupaciones y diálogos abiertos, cuando la etapa de diálogo fue quebrada con la decisión unilateral de Brasil, que no refleja ninguna amabilidad diplomática y pone en evidencia su comportamiento imperialista.
Además de la obligación del gobierno boliviano de presentar un reclamo oficial por la aprobación de la licencia ambiental al margen de la Comisión Binacional establecida el 18 de diciembre del 2006, corresponde a la Cancillería iniciar la batalla legal en los Tribunales Internacionales tomando en cuenta que los principios para el aprovechamiento de aguas internacionales, firmados por ambos países, claramente señalan que en “los ríos internacionales contiguos, siendo la soberanía compartida, cualquier aprovechamiento de sus aguas deberá ser precedido de un acuerdo bilateral entre los ribereños”.
El compromiso con la región demostrado por el presidente Evo Morales en el Primer Foro Amazónico. Identidad y Desarrollo Macroregional realizado en Guayaramerín los días 18 y 19 de junio de 2007, las decisiones adoptadas en resguardo del cumplimiento de la ley y soberanía bolivianas, como la expulsión de la ilegal empresa EBX a principios del año 2006, así como la propia imagen y compromiso presidenciales con las organizaciones sociales, son la principal garantía y la fuerza moral para continuar velando por un futuro promisorio de la región amazónica boliviana, el continente y el mundo entero en la ardua tarea por salvar el río Madera y sus habitantes.
Por lo tanto, con profundo sentido de dignidad nacional los miembros del Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo – FOBOMADE-, nos declaramos en emergencia y convocamos a todas las fuerzas vivas del país, desde los movimientos sociales hasta funcionarios y autoridades comprometidas, a continuar firmes y comprometidos en esta digna lucha en defensa de la cuenca del río Madera y de la integridad territorial.
La Paz, 13 de julio del 2007
Javier Aramayo Caballero
PRESIDENTE FOBOMADE
Evelyn Mamani Patana
VICEPRESIDENTE FOBOMADE
Alex Blacutt Pandal
SECRETARIO GENERAL
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FOBOMADE
Foro Boliviano
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