Al ver WALL-E

Normalmente yo no recomiendo películas de Hollywood, ni mucho menos las que han sido mega exitosas y no necesitan que yo las promueva. Pero WALL-E es una excepción. Si no la han visto aún, véanla en el cine mientras puedan- no es lo mismo verla en una pantalla de TV.

WALL-E es una fábula ecologista ubicada unos 800 años en el futuro, cuando el planeta tierra está entero cubierto de chatarra. Los seres humanos, en lugar de recoger el reguerete que causaron, se fueron de crucero (¡literalmente!) por el espacio sideral. El único habitante que queda en el planeta es un robot hecho para compactar basura y una cucaracha que es su fiel amiga. Mientras tanto, los seres humanos en su resort espacial están físicamente atrofiados ya que pasan la vida recibiendo comida y entretenimiento en demanda, y ni siquiera tienen que caminar. Suena deprimente, pero en realidad es la película más divertida, liviana (en el sentido positivo), optimista y esperanzadora que he visto en mucho tiempo.

Sin delatarles la trama, sólo les diré que al ser desconectados de las máquinas que los mantenían entretenidos y enajenados, los humanos redescubren el sencillo goce y deleite de mirar estrellas, salpicar agua y... sembrar una planta. No les cuento más.

El cineasta es Andrew Stanton, creador también de Finding Nemo, Toy Story, A Bug's Life y Monsters Inc. La excelente música de la banda sonora la hace Thomas Newman, quien también hizo la música para Six Feet Under, Erin Brokovich y American Beauty.

Para más información: http://en.wikipedia.org/wiki/WALL-E