ADVERTENCIA CONTRA HEROES FALSOS
Carmelo Ruiz Marrero
14 de julio 2006
14 de julio 2006
Varios compañeros ambientalistas han respondido a mis feroces críticas al "héroe" ambientalista Al Gore en ocasión del estreno de su película "An Inconvenient Truth". Algunos y algunas favorecieron mis planteamientos pero otr@s respondieron defendiendo a Gore usando argumentos que no encuentro meritorios, y veo pertinente comentar a respecto.
Señalé en mi escrito "Al Gore, De Político a Estrella de Cine" (http://www.ecoportal.net/content/view/full/60408) que Gore le exhorta al actual presidente estadounidense, George Bush II, a firmar el Protocolo de Kyoto pero no menciona que él fue vicepresidente de una administración que no lo firmó. En su defensa, una persona me dijo que el pobrecito era sólo el vicepresidente y no el presidente, que por lo tanto el asunto no estaba en sus manos, que no tenía la última palabra. Idénticos argumentos emplearon los acusados en el juicio de Nuremberg tras el fin de la segunda guerra mundial: "Yo no mandaba, yo sólo seguía órdenes". Nazis de alto rango como Goebbels y Goering seguramente se valieron de tales razonamientos. Imagínense un acusado en el escándalo Enron explicándole al juez: "No fue mi culpa. No había nada que yo pudiera hacer. Yo sólo era el vicepresidente de la compañía." Pues de la misma manera que tales argumentos son evasivas cobardes en el caso de oficiales nazis y criminales corporativos, también lo son en el caso de Gore.
No solamente Gore fue el hombre número dos en la administración Clinton, sino que fue explícitamente puesto a cargo de todos los asuntos ambientales, domésticos e internacionales, que concernieran a la Casa Blanca en modo alguno. Así que difícilmente puede haber sido ajeno a la decisión de Clinton de no firmar el Protocolo. El pudo haber dicho algo, pudo haber protestado públicamente.
Un amigo me señaló que la administración Clinton/Gore tenía las manos atadas en el asunto, ya que el Congreso era entonces controlado por la ultraderecha republicana. La Constitución de Estados Unidos establece que el presidente es el que firma los tratados internacionales de la república pero el Congreso debe aprobarlos. Eso fue lo que pasó en 1919 cuando el entonces presidente Wilson quiso ingresar el país a la Sociedad de Naciones pero la oposición congresional se lo hizo imposible. Buen argumento, ¿eh? Clinton no podía hacer nada.
Pero un líder de verdad hubiera firmado una orden ejecutiva para meter el país en el Protocolo. La Constitución provee tal prerrogativa al presidente, aunque de forma limitada. Tal acción no sería sin precedente. Después de todo, presidentes republicanos hacen eso todo el tiempo y se salen con la suya. De haber firmado una orden ejecutiva, la administración Clinton/Gore por lo menos se hubiera ganado la confianza del sector ambientalista (la cual nunca tuvo y nunca mereció). Hubiera sido una batalla digna, pero el dúo Clinton/Gore ni siquiera trató. So much for environmental leadership!
Los republicanos nunca han usado la oposición demócrata como excusa para no cumplir con su agenda, pero los demócratas siempre usan la oposición republicana como excusa para romper sus promesas y traicionar sus compromisos.
Sí, hay que reconocer que Gore ha sido una figura clave en difundir la información sobre el calentamiento global en EEUU (Dudo que su pelicula tenga algún valor o impacto real fuera del país). Una pena que sea él, una persona que poca autoridad moral tiene para abrir la boca sobre temas ambientales.
Por otra parte, no se puede decir que él era la única persona hablando sobre el tema, algunos parecen creer que Gore es la primera persona en el mundo en traer el calentamiento global a la luz pública. Pero hubo antes que él un sinnúmero de activistas, científicos y educadores haciendo el trabajo arduo de alertar sobre este problema. Apenas han recibido reconocimiento alguno, no tienen "celebrity status", no son ricos ni cobran miles de dólares por cada presentación.
Los defensores de Gore muestran su libro "Earth in the Balance", publicado en 1992, como evidencia contundente de su compromiso ambiental de muchos años. ¿Realmente Gore lo escribió? ¿No habrá sido algún escritor fantasma que contrató? Como vicepresidente se portó como si nunca lo hubiera leído, mucho menos escrito. Es obvio que Gore tiene su equipo de escritores fantasmas, "spin doctors" y relacionistas públicos haciéndole todo su trabajo y empaquetando y mercadeando su imagen, y seguramente escribiéndole sus discursos y presentaciones.
De cualquier modo, ¿qué hizo Gore por el ambiente como vicepresidente? En temas medulares como la biotecnologia y el mal llamado "libre comercio" hizo exactamente lo que las grandes corporaciones le pidieron. Gore estuvo a cargo de la guerra a favor del mentado Tratado de Libre Comercio de Norteamerica (TLC), el cual tuvo la oposición de los movimientos sindicales, Greenpeace, Sierra Club y millares de grupos de sociedad civil en Estados Unidos y en México. La oposición fue muy sabia y acertada, ya que el TLC ha sido un desastre total para el ambiente y las clases trabajadoras en EEUU y México.
Sobre la película que hizo, sólo puedo decir que amo el mensaje pero no amo el mensajero. A mis compañeros ecologistas les digo una y otra vez: no se hagan de héroes falsos.
Etiquetas: Calentamiento global, Carmelo
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