domingo, octubre 07, 2007

En honor a la campaña para que se le dé su merecido al terrorista homicida Posada Carriles, comparto este artículo sobre el terrorismo contra Cuba que escribí originalmente para Claridad hace cinco años:



Terrorismo contra Cuba

27-11-02,
Por Carmelo Ruiz Marrero *

El presidente Bush habla de erradicar el terrorismo, de volar en pedazos cualquier país que albergue terroristas, porque para él el terrorismo es algo foráneo, algo que viene de afuera. Pero los discursos oficiales sobre terrorismo omiten toda mención de Miami, ciudad desde donde se extienden tentáculos de terror hacia Cuba y el resto de América Latina.

"Tal y como expresara el señor presidente de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, es necesario que todos los países se unan en la lucha contra los terroristas, pero no contra algunos terroristas, sino contra todos los terroristas. Mientras se condenen las acciones de algunos de estos criminales y a otros se les albergue, se les permita actuar con impunidad contra la seguridad y soberanía de otros países y se les considere "luchadores por la libertad", nunca se podrá erradicar ese flagelo, y siempre habrá pueblos que para defenderse necesiten enviar a algunos de sus hijos a cumplir riesgosas misiones, ya sea en Afganistán o en el sur de la Florida."
- Gerardo Hernández Nordelo

Al oír la palabra "terrorismo" o "terrorista", muchos ciudadanos en Estados Unidos y Puerto Rico visualizan un árabe barbudo con turbante vestido en trapos, o a los Macheteros y las FALN. O piensan en la extensa lista de villanos de turno: Saddam Hussein, Manuel Noriega, Milosevic. Qaddafi, la ETA, la OLP, etcétera. En fin, cualquiera que discrepe de la política de Estados Unidos corre el riesgo de caer en la lista de terroristas, no importa que lo sea en realidad o no.

El presidente Bush habla de erradicar el terrorismo, de volar en pedazos cualquier país que albergue terroristas, porque para él el terrorismo es algo foráneo, algo que viene de afuera. Pero los discursos oficiales sobre terrorismo omiten toda mención de Miami, ciudad desde donde se extienden tentáculos de terror hacia Cuba y el resto de América Latina.

Comienza la campaña terrorista

La violencia de cubanos exiliados contra su propio país, planificada y efectuada mayormente desde bases en Florida, comenzó inmediatamente tras el triunfo de la revolución.
Desde antes de la invasión a Playa Girón, ya se cometían actos terroristas contra Cuba. En esta guerra "secreta" de la CIA participaron los mafiosos John Rosselli, Sam Giancana y Santos "Don Santo" Trafficante Jr., cuyas propiedades habían sido expropiadas por la revolución. El operativo, que tuvo la colaboración directa del entonces vicepresidente Richard Nixon, consistía de infiltraciones de comandos armados para cometer asesinatos y sabotaje. Se le llamó Operación 40.

Ningún acto de violencia era demasiado vil. Tan temprano como el cuatro de marzo de 1960, agentes de la CIA hicieron estallar el buque francés La Coubre en el puerto de la Habana, asesinando así a 101 personas, incluyendo seis marinos franceses.
En la Operación 40 había un subgrupo llamado ZR-RIFLE, que tenía la misión de asesinar a Fidel Castro y a Che Guevara. Esta unidad estaba al mando de E. Howard Hunt, quien sería luego convicto en el escándalo Watergate, y tenía entre sus integrantes a Luis Posada Carriles, Rafael Quintero y Félix Rodríguez. Estos tres individuos reaparecerían en las próximas décadas en una gran variedad de actividades criminales en conjunción con la CIA, dictadores latinoamericanos y el fascismo europeo.

Del fiasco de Girón a los Misiles de Octubre

La Operación 40 llegó a su clímax con la fallida invasión a Playa Girón en abril de 1961. Pero la CIA y los elementos extremistas del exilio continuaron con sus operaciones terroristas. Eventualmente el gobierno decidió de hacerse de armas nucleares, suministradas por la Unión Soviética, para disuadir un segundo intento de invasión.

Tras la Crisis de los Misiles en octubre de 1962 los soviéticos retiraron sus cohetes nucleares a cambio de la garantía del presidente Kennedy de que no invadiría a Cuba y que los ataques de terroristas del exilio cubano cesarían. Pero la CIA y sus aliados se insubordinaron contra la autoridad presidencial y decidieron continuar con sus ataques.

Kennedy respondió a la situación ordenándole al FBI, viejo rival de la CIA, a allanar y cerrar los campamentos de entrenamiento en Florida y Louisiana. Numerosos estudiosos del misterioso asesinato del presidente Kennedy sostienen que su negativa a invadir a Cuba y a permitir que se usara el territorio de Estados Unidos como base de operaciones para terroristas del exilio cubano, motivó a elementos de la CIA y la derecha cubana a ultimar al mandatario en Dallas en ese fatídico 22 de noviembre de 1963.

Terrorismo internacional

Pero la muerte de Kennedy no resultó en la invasión a Cuba que tanto anhelaban los terroristas de Miami. En 1968 Orlando Bosch disparó una bazuka contra un buque polaco anclado en Miami. Varios políticos de la ciudad luego declararon un Día de Orlando Bosch, en honor a su acción. En 1975 asesinaron al exiliado cubano Luciano Nieves por atreverse a favorecer la paz con Cuba, y al año siguiente el comentarista radial Emilio Milán, quien denunció y condenó la violencia del exilio, perdió ambas piernas cuando una bomba estalló en su carro. En 1976 Orlando Bosch formó la coalición CORU para consolidar y organizar las acciones contra Cuba. En sus primeros meses, CORU desató una ofensiva de terrorismo internacional sin paralelo en la ya de por sí sangrienta historia de la violencia contrarrevolucionaria.

En septiembre de ese año un equipo de exiliados cubanos dirigido por el chileno estadounidense Michael Townley viajaron a Washington DC, donde pusieron una bomba en el auto donde iban el patriota chileno Orlando Letelier y sus compañeros de trabajo Ronni y Michael Moffitt. Letelier y Ronni Moffit murieron en la explosión. Fue el segundo asesinato político en la historia de la ciudad. El primero fue el del presidente Lincoln.

Letelier, diplomático de vocación, ocupó entre 1970 y 1973 varios puestos altos en el Gobierno Democrático Socialista de Salvador Allende, incluyendo embajador en Estados Unidos y ministro de defensa. Cuando Allende fue derrocado y asesinado en un golpe liderado por el fascista general Augusto Pinochet, Letelier se convirtió en embajador internacional de la lucha contra su dictadura.

A pocas millas de distancia del lugar del asesinato, al otro lado del río Potomac, estaba el cuartel central de la CIA. Su director entonces era George H. W. Bush. El señor Bush había prometido su completa colaboración con la investigación sobre el crimen, pero lo que hizo fue lanzar desinformación, la cual fue obedientemente transmitida por la prensa. Bush y sus hijos reaparecerían en años futuros, ayudando a los terroristas de Miami de diversas maneras.

A fin de cuentas, fue el fiscal federal y el FBI, sin ayuda alguna de la CIA, quienes dilucidaron que el asesinato de Letelier fue obra de exiliados cubanos trabajando en colaboración con el general chileno Manuel Contreras. El crimen era parte de la Operación Cóndor, un programa conjunto de las dictaduras militares del cono sur de Suramérica para exterminar la disidencia en cualquier parte del mundo.

Un par de semanas tras el asesinato de Letelier, Bosch se apuntó otra con el bombazo a un avión de Cubana de Aviación que despegaba de Barbados. Todos los 73 ocupantes perecieron. El ya mencionado Posada Carriles fue encarcelado en Venezuela por participación en este acto.

Las actividades criminales de CORU fueron financiadas por la World Finance Corporation, empresa del corrupto Guillermo Hernández Cartaya, involucrada en lavado de dinero de narcotráfico.
Sobre Posada Carriles dice Fernando González Llort, "Fugado en una cárcel de Venezuela en la que se encontraba por su participación en la voladura de un avión comercial cubano en el que murieron 73 civiles inocentes, aparece en Centroamérica con un nombre falso bajo las órdenes del teniente coronel Oliver North, funcionario involucrado en el llamado Irán Contra."

"Hoy, Luis Posada Carriles y otros tres cubanoamericanos residentes en Miami, todos con una larga historia de participación en acciones terroristas contra Cuba y también en territorio de Estados Unidos, se encuentran detenidos en Panamá por participar en una conspiración que se proponía volar en pedazos con explosivo C-4 el Paraninfo Universitario de la capital de ese país en el que Fidel Castro estaría reunido con miles de estudiantes panameños."

El exilio y la dinastía Bush

Los extremistas del exilio lograron una gran victoria con la elección de Jeb Bush, hijo de George H. W., a la gobernación de Florida. Jeb llegó a gobernador con una larga historia de asociación con los elementos más criminales y extremistas del exilio, incluyendo el narcotraficante Leonel Martínez y el estafador Armando Codina. Había sido empleado de Camilo Padreda, quien a su vez fue socio del ya mencionado Hernández Cartaya en el Jefferson Savings & Loan. Padreda fue además agente de inteligencia del régimen batistiano.

En 1982 un jurado federal acusó a Padreda y Hernández Cartaya de haber robado sobre $500 mil de Jefferson.
Hernández Cartaya también enfrentó cargos de lavado de dinero y tráfico de drogas y armas, pero la CIA intervino y el caso nunca fue a juicio. Seis años después, Padreda admitió su culpa en un esquema de extorsión y soborno en asociación con el alcalde de Hialeah.
Jeb ganó aplausos de los terroristas del exilio por su exitosa campaña por la excarcelación de Bosch, entonces preso por sus actos homicidas. No fue muy difícil la gestión, ya que su papá era el vicepresidente del país.

En las palabras de González Llort, "Orlando Bosch vive libremente en esta comunidad gracias al parole otorgado por el expresidente George Bush a pesar de ser considerado un peligro y un connotado terrorista por las propias autoridades del Departamento de Justicia de este país." Recordemos que Jeb es gobernador del estado donde ocurrió el fraude electoral que puso su hermano George W. en la Casa Blanca en las accidentadas elecciones de 2000. El rol que desempeñaron las turbas de exiliados cubanos que amenazaron y amedrentaron a los contadores de votos y funcionarios demócratas queda por esclarecerse.

Según la revista de investigación Mother Jones, Jeb Bush también ejerció presiones indebidas para ayudar al empresario Miguel Recarey, quien estaba estafando a Medicare por millones de dólares. Recarey, quien hoy es fugitivo, tenía entre sus empleados a nada menos que José Basulto, fundador de Hermanos al Rescate.

Hermanos, ¿Al rescate de qué?

En julio de 1992 los Hermanos al Rescate participaron de un frustrado intento de ataque terrorista contra un objetivo en la provincia de Villa Clara. Como informó CLARIDAD en agosto del año pasado, para este plan se contaba con las armas y explosivos requeridos, al igual que con la colaboración de Hermanos, que le informó a los terroristas sobre la ubicación de los guardacostas norteamericanos, para facilitar su desplazamiento hacia aguas cubanas.

La lista de actos de violencia y terror perpetrados por terroristas del exilio cubano radicados en Miami es tan larga y las conexiones de la extrema derecha cubana al crimen organizado, la inteligencia estadounidense y las esferas de poder de Washington son tan extensas y complicadas que no cabrían en toda esta edición. Es un relato tan largo y contundente que no deja espacio para la duda. ¡Y después preguntan por qué el gobierno de Cuba envió cinco de sus hombres a echarle un ojo a estos elementos criminales!

"Cuba tiene el derecho a defenderse de los actos terroristas que se preparan en Florida con total impunidad a pesar de haber sido históricamente denunciados por las autoridades cubanas", declaró Gerardo Hernández Nordelo. "Es el mismo derecho que tiene Estados Unidos de tratar de neutralizar los planes de la organización del terrorista Osama Bin Laden que tanto daño ha causado a este país (EEUU) y amenaza con seguirlo haciendo. Estoy seguro que los hijos de este país que cumplen esa misión son considerados patriotas."

Esas palabras las dijo ANTES del once de septiembre de 2001.
* Claridad
4 de octubre 2002

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