domingo, enero 13, 2008

ARGUMENTOS FALACES EN PRO DE LOS AGROCOMBUSTIBLES

Carmelo Ruiz Marrero
12 de enero 2008

El artículo al final de este e-mail, publicado hoy en El Nuevo Día, no es más que otro refrito de argumentos falaces en pro de los llamados biocombustibles.

En cuanto a estos combustibles ser una alternativa energética viable, el autor se equivoca totalmente. Las cantidades de energía a ser producidas de este modo son insignificantes en comparación con lo que se requiere para mover los carros de Puerto Rico, cuyo número oscila entre 1.5 millones y 2 millones. Todos los cultivos energéticos y grasa animal que se pueda producir aquí no daría para más de una fracción minúscula de nuestra demanda energética.

El autor hace además la escandalosa aseveración de que los agrocombustibles no competirán con los cultivos alimenticios. El que se crea eso le recomiendo que se familiarice un poquito con lo que ocurre fuera de Puerto Rico. En Suramérica, por ejemplo, millones de acres que se utilizaban para cultivos alimenticios para consumo local están hoy sembrados con soya, caña de azúcar y palma aceitera para hacer combustible para exportación. Vemos un cuadro similar en Indonesia y Malasia con la expansión desbocada de plantaciones de palma aceitera.

El decir que los cultivos agrocombustibles incentivarán también la producción de alimentos no tiene absolutamente ninguna lógica. Tal escenario risueño no se está dando en ninguna parte del mundo.

Si se establece el modelo de los agrocombustibles en nuestro país, estaremos sembrando no para alimentar gente sino los tanques de los carros. Y tendremos que seguir importando petróleo porque como dije, los cultivos y la grasa de animal nunca darán abasto para hacer mella alguna en nuestra creciente demanda energética.

Les recomiendo a todos que lean aunque sea uno de estos artículos:

Agrofuels: Towards a Reality Check http://www.tni.org/detail_pub.phtml?know_id=188

¡Paremos la fiebre de los agrocombustibles!
http://www.grain.org/biodiversidad/?id=367

The Great Biofuel Hoax
http://www.alternet.org/environment/54218/

También tengo recursos sobre el tema en estos enlaces:
http://carmeloruiz.blogspot.com/search/label/Agrocombustibles
http://bioseguridad.blogspot.com/search/label/Agrocombustibles

¿Qué hacer entonces? Debemos dejar de hablar tanto acerca de opciones tecnológicas y en lugar de eso ponernos a hablar de REDUCIR LA DEMANDA de energía. En otras palabras, REDUCIR EL CONSUMO. ¿Cuándo fue la última vez que ustedes escucharon un ambientalista proponiendo esto? Me temo que para muchos ambientalistas en este país el consumo es sacrosanto, incuestionable. Proponer que se detenga el crecimiento económico y se reduzca el consumo es como mentarle la madre a alguien.

Hablar de sustentabilidad es un desperdicio de tiempo si no se discute la cantidad ridícula de carros que tenemos, consumiendo y quemando gasolina. No necesitamos carros "ecológicos" que corran con etanol, LO QUE NECESITAMOS ES MENOS CARROS Y MAS TRANSPORTE PUBLICO.

El adoptar en nuestro país el modelo de los agrocombustibles significa que la construcción de autopistas continuará, con toda la destrucción ambiental que eso significa- el expreso de Hatillo a Aguadilla, la ruta 66, etc. Vendrá el día en que tumbaremos el último mogote o rellenaremos el último humedal para hacer un estacionamiento para el carro "ecológico". Y peor aún, seguiremos siendo importadores de alimentos, un pueblo que claudicó su derecho y obligación de producir sus alimentos porque decidió que alimentar los carros es más importante.





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12-Enero-2008 / El Nuevo Día
Francisco Pérez Aguiló
Consultor ambiental

Los biocombustibles

En Puerto Rico no habrá petróleo, pero hay sol y lluvia abundante. Estos últimos son los ingredientes necesarios para producir los biocombustibles, o combustibles derivados de la biomasa. Hay quien ataca esta industria basándose en condiciones aplicables a otros países. Quisiera aclarar algunas de estas nociones sobre una alternativa que nos puede ayudar a alcanzar la sustentabilidad energética y el progreso económico al cual todos aspiramos.


Primeramente, se argumenta que los cultivos para biocombustibles (caña, maíz, gramas) desplazarán el cultivo de alimentos. Tenemos tan poca actividad agrícola en Puerto Rico que realmente nos hace falta un estímulo para levantar esa industria tan necesaria como el pan. La agricultura para biocombustibles traería otra vez a Puerto Rico la maquinaria física (tractores, empacadoras, almacenes), comercial y administrativa para viabilizar los cultivos alimenticios. Más gente volviendo al trabajo agropecuario es más gente con la capacidad y el interés de producir cultivos alimenticios.

Segundo, los biocombustibles no necesariamente provienen de cultivos, sino también de los desechos. San Francisco comenzó en noviembre de 2007 un programa titulado “greasecycle” o grasiclaje: la ciudad colecta gratuitamente todo el aceite usado de sus restaurantes para convertirlo en 1.5 millones de galones de biodiesel. Cada galón de biodiesel ahorra la emisión de 100 libras de CO2, es un galón de diesel que no importamos y dinero que se queda. En Puerto Rico ya tenemos una planta de biodiesel, la cual entiendo pasa trabajo para obtener el aceite usado, pero su producción completa está comprometida.

Grasa que no enviamos al alcantarillado sanitario ni al vertedero redunda en menos contaminación y más bajos costos de mantenimiento. San Francisco estima que ahorrará $3.5 millones anuales en mantenimiento del sistema sanitario con esta iniciativa. La descomposición de estos aceites genera gases de invernadero en el alcantarillado, en las plantas de tratamiento o en el vertedero, sólo que en ninguno de esos lugares sustituye al diesel importado.

Más de un tercio de nuestra “basura” podría también convertirse en combustible mediante la industria de los biocombustibles, pues consiste de desechos de jardín y de cocina, los que se pueden convertir fácil y económicamente en composta. También llamados “putrefascibles”, estos desechos son los que producen la mayoría del metano (CH4, gas natural) en los vertederos, un gas de invernadero 21 veces más potente que el CO2. La composta es tierra fértil y naturalmente plaguicida por su contenido de fauna local (insectos y microbios). Sin embargo, los planteamientos para producir composta en Puerto Rico terminan en: ¿y que vamos a hacer con esa composta? Pues los “nutrientes” son una de las tres materias primas para la producción de biocombustibles: las otras dos son sol y lluvia. Cualquier aumento en la agricultura genera mercado para la composta.

Por último, en Puerto Rico la agricultura para biocombustibles no competiría con cultivos alimenticios, sino con urbanizaciones. Los terrenos agrícolas son uno de los activos más valiosos que puede dejar en herencia un país, pero al igual que la servidumbre del tren que crearon nuestros tatarabuelos alrededor de la Isla , los hemos convertido en desparrame urbano. Lo que debemos evitar en Puerto Rico por mil razones es empañetar el suelo con asfalto y hormigón.

Los $5.8 billones que gastamos anualmente en combustible para suplir la energía eléctrica del País sólo dejan humo en la Isla , pues terminan en bolsillos extranjeros. Debemos sacar provecho de los 365 días de sol y abundante lluvia que bendicen a Puerto Rico anualmente. Combinando el desvío de desechos orgánicos para hacer composta, el recogido de aceites, y la nueva industria de biocombustibles solucionamos varios de los serios problemas del País: El desempleo, la basura, la dependencia en el petróleo y la pérdida de capital. En adición, reduciríamos la generación de gases de invernadero y la contaminación a los cuerpos de agua, y preservaríamos los suelos agrícolas para futuras generaciones.


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