martes, junio 01, 2010

Revista Biodiversidad, sustento y culturas N° 64


"Cuanto más adquieren conciencia los pueblos del horizonte completo de hoy, de la negación de derechos, de la nocividad de muchas normas y de la impunidad que nulifica la posible acción de leyes potencialmente buenas, los pueblos y comunidades levantan sus herramientas y su equipaje, para emprender su propio camino con una paradoja en la mano: saben que están solos ante la ley, pero saben que están juntos, en la justicia, con muchos otros en las mismas condiciones."


Editorial

El dibujo a tinta que aparece en la tapa, iluminado con los colores de la vida que retrata, nos muestra a unos comuneros, indígenas, campesinos, libertarios, custodios de saberes, cosechadores de cultivos, frutos, nubes, torrentes y manantiales, cuidadores del bosque, el suelo y la comunidad, trabajando juntos, en la variada exuberancia de sus campos de labor que son huertos, porque sólo así las comunidades de todo lo vivo se criaban mutuamente con las comunidades humanas. Su principal enseñanza, la que nos lanzan al rostro con la delicadeza y la fuerza de la que son capaces, es que convivir con respeto mutuo es posible, que la vida y la cultura se refuerzan mutuamente, que la soberanía alimentaria, el autogobierno, la convivialidad, la autogestión, son herramientas indispensables para inaugurar un futuro viable ahora mismo, siempre que la justicia y el cuidado sean el modo. Son tan impecables estos argumentos de pueblos y comunidades, (y de los barrios urbanos herederos de sus tradiciones), que deberían bastar para decidir el futuro de la humanidad. Son argumentos que nos cuestionan desde las acciones, los cuidados, las labores, los respetos, la atención a varios ciclos y sutilezas, y por sí solos podrían bastar para hacernos entender hacia dónde ir, digamos que con su ejemplo. (seguir leyendo)

LA REVISTA COMPLETA
(aquí en PDF)

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