Latinoamérica: Fin de un ciclo, por Guillermo Almeyra
La Jornada: Fin de un ciclo →
Los gobiernos progresistas dirigen países capitalistas dependientes, productores de materias primas. No han tocado sino muy tangencialmente las bases del poder de las oligarquías locales y del capital financiero internacional que controla sus respectivas economías y siguieron aplicando fundamentalmente una política neoliberal a la que agregaron algunas políticas distributivas para sostener el mercado interno y medidas asistencialistas para reducir la pobreza y mantener el consumo. No cuestionaron la renta minera, la renta agraria, el poder de los bancos extranjeros, no afectaron la propiedad agraria: simplemente contaron con un periodo mundial de altos precios de las materias primas que sus países exportan –petróleo, minerales, soya, granos, productos agrícolas y ganaderos– para llevar a cabo sus políticas asistencialistas intentando, cuando mucho, disputar a los rentistas tradicionales parte de la renta. Venezuela estatizó el petróleo y la renta petrolera pero no modificó el resto de la economía, que siguió dependiendo de la exportación de combustible.
Etiquetas: esp, La Jornada
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