Lo difícil de ser ambientalista en Brasil
Ambientalismo muestra fragilidad electoral
Por Mario Osava, enviado especial
Una vaca solitaria en una "quemada", donde había bosques amazónicos Crédito: Mario Osava/IPS | |
La alentadora votación que obtuvo en las elecciones del 3 de octubre la candidata presidencial Marina Silva, del opositor Partido Verde, puede inducir a engaños.
Además de captar muchos sufragios basados en cuestiones religiosas por su fe evangélica, Silva tuvo resultados decepcionantes en su tierra natal y cuna política, el estado de Acre, en el extremo noroccidental, símbolo del ambientalismo en Brasil.
Allí Silva obtuvo 23,55 por ciento de los votos válidos, apenas superando el 19,33 por ciento que consiguió en todo el país y muy lejos del 41,98 por ciento logrado en el Distrito Federal, que comprende a Brasilia. Su votación se concentró en las grandes capitales.
La candidata y ex ministra de Medio Ambiente perdió muchos sufragios, sobre todo en el interior de Acre, por los intereses inmediatos de pescadores, campesinos y comerciante, entre otros, que se sienten contrariados por leyes e iniciativas ambientales.
Etiquetas: Brasil, Marina Silva
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