La idea de que podemos cultivar combustibles líquidos para hacer perdurar la era del automóvil es perversa. Sólo se profundizará la brecha entre ricos y pobres haciendo que las tierras fértiles produzcan el sustrato para el biodiesel o alconafta en lugar de alimentos accesibles para la humanidad.
Nuestro país, Argentina, otrora considerado “el Granero del Mundo”, había logrado una incipiente industrialización tendiente a la sustitución de importaciones. Luego mediante intervenciones militares y gobiernos democráticos que compraron las ideas neoliberales de la globalización económica, cedió nuevamente a la producción de granos.
En primer lugar el cultivo de soja transgénica o “RR”, por ser un retorno casi inmediato a la inversión- 6 meses- desplazó en el uso de la tierra a la cría del ganado vacuno. La consecuencia: el incremento de precio de las carnes en el mercado interno debido a la demanda mundial de carnes argentinas y la falta de desarrollo de los planteles vacunos. Hacer un poroto tarda seis meses; hacer una chuleta tres años. Obviamente uno debe ser una amante irracional de la noble vaca para invertir en ella. Los amantes irracionales, que por cierto no abundan, prefieren invertir en doncellas y no en vacas.
Ahora, para mal de males, se agrega un nuevo atractivo para la siembra de leguminosas que es la producción de aceite vegetal para su conversión en biodiesel. El proceso es genialmente simple, al punto que cada vez mas personas fabrican combustible en su propia casa o granja, simplemente mezclando aceite de cocina con un poco de soda cáustica, mezclándolo un tiempo, decantando y ¡ Presto! Al tanque de combustible del automóvil, déle arranque y siga contaminando el ambiente. El sólo nombre de “Biocombustible” es engañoso. Como si fuese “ambientalmente amigable” o algún otro concepto que haga sonreír a Gaia.
He leído sobre megaplanes de convertir todo el continente africano en plantaciones de sustrato de biocombustibles, o de plantar soja o colza en la selva amazónica,. Que es más, no me sorprendería ver al PNUD fomentando la idea, inyectando fondos del Banco Mundial.
El mayor consumidor de combustibles en el mundo es Usamérica el 80% del cual está destinado al automóvil. A ellos está destinada la nueva producción mundial de biocombustibles. Es decir, que de las tierras que hoy salen alimentos para la población, emanarán alconaftas y biodiesel. Será mas rentable para los inversores cosechar soja y colza que mandioca y tomate.
Y como no podía ser de otra forma, en Argentina, mientras seguimos exportando el poco petróleo que nos queda, sancionamos una ley fomentando los biocombustibles.
Pero todo puede llegar a empeorar: también existen proyectos para cobrar un canon por el uso del viento en los aerogeneradores.
Etiquetas: Argentina, Biocombustibles, Biofuels
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