miércoles, mayo 16, 2007

Nuestro repudio a la visita de Al Gore

El ex vicepresidente norteamericano Al Gore participó en el cierre del 1° Congreso Americano de Biocombustibles realizado en Buenos Aires el 11 de mayo 2007.

El encuentro contó con la presencia de políticos y representantes de empresas corporativas que debieron pagar 500 U$S por persona. Según el diario lobbista de los agrocombustibles, el Clarín de Argentina: “Es por cierto vox populi que el ex vicepresidente cobra 170.000 dólares por cada conferencia”.

Los principales patrocinadores del evento fueron Repsol YPF y la tristemente celebre provincia de Santiago del Estero, provincia en la que para plantar soja transgénica, se deforesta y se reprime a las poblaciones rurales.

La sola participación de Al Gore en este encuentro ha servido como hecho mediático y propagandístico en favor de la industria de los agrocombustibles.

En el mes de Marzo de este año junto con miembros de varias organizaciones de la sociedad civil Europea y Latino Americana escribimos a la oficina de Al Gore solicitando una entrevista. Le anticipábamos nuestra intención de plantearle nuestras preocupaciones por la arremetida de las políticas públicas que promocionan los agrocombustibles sin tener en cuenta, entre otros el severo impacto negativo de la agricultura intensiva para la producción de Biocombustibles… no tuvimos respuesta.

Los aceites de palma y de soja son los principales insumos para la producción de biodiesel que a partir del 2010 aumentarán la demanda en forma exponencial en Europa y Estados Unidos. Ello aumentará la severidad de los impactos negativos con resultados irreversibles.

Hace dos semanas volvimos a escribir a la oficina de Al Gore recordándole que queríamos tener una audiencia con él, pero este último pedido tampoco tuvo respuesta.

En la conferencia de Buenos Aires Al Gore como muchos otros, pide recaudos para la producción de agrocombustibles, pero concluye con ligereza, en que la producción de los agrocarburantes "puede ser la solución a la crisis climática, sin producir daños al medio ambiente”. En su discurso no está planteado el uso de agrotóxicos en los plantíos de palma y de soja así como tampoco las enormes cantidades de fertilizantes nitrogenados que son parte del paquete tecnológico empleado.

Al Gore no cuestiona en absoluto las semillas transgénicas. Y a nuestro entender sus propuestas de reducción de consumo tanto en su país, como para los otros países que también consumen la absoluta mayor parte de energia del mundo, como los europeos, no son serias ni tienen en cuenta la urgencia de cambiar sus estilos de vida radicalmente, antes de que la misma naturaleza con el Cambio Climático los fuerce a hacerlo definitivamente.

Al Gore tampoco tiene en cuenta la realidad que muestra que la actual producción de los monocultivos de materia prima para agrocombustibles ya están precipitando la desertificación de las mejores tierras del planeta. Que esta producción, ahora mismo, antes de la entrada en vigor de las metas propuestas por los países que van a ser los consumidores masivos de los agrocombustibles, ya están expulsando a las poblaciones campesinas e indígenas de sus lugares dejando así las producciones de subsistencia y provisión local, sea por medio de las fumigaciones o directamente a manos de fuerzas policiales, militares o paramilitares locales.

Que con la producción que ya existe de estos cultivos, para abastecer con forrajes a la producción masificada de animales, se ha deforestado masivamente bosques nativos de todo el mundo, se ha incrementado la incidencia de enfermedades zoonóticas y las producidas por las fumigaciones en los monocultivos.

Ahora con la propaganda de los agrocombustibles, a la cual Al Gore favorece con su discurso y su presencia, todo lo denunciado anteriormente está aumentando a un ritmo escalofriante e insano, con consecuencias catastróficas totalmente predecibles.

Por todas estas Razones el Grupo de Reflexión Rural, junto con otros grupos locales, decidimos fijar nuestra posición frente al Hotel donde la conferencia tuvo lugar. Desplegamos un cartel de 8 metros de largo, donde se lee “Paren de Fumigar” La Agencia Argentina de Noticias y Associated Press, interpretaron por ignorancia o por conveniencia, que nuestra pancarta” estaba denunciando las fumigaciones sobre los plantíos de coca en Colombia.

La realidad es que esa pancarta hace referencia específica a nuestra campaña en Argentina contra las fumigaciones criminales sobre poblaciones rurales y periurbanas en todo el país. También las noticias decían que vivamos a Fidel Castro y Hugo Chávez, líderes que están preocupados por la falta de soja y maíz que ocasionarán los agrocombustibles. Lo cierto es que ninguno de los grupos presentes frente al Hotel mencionaron siquiera a los dirigentes latino americanos pero sí coincidimos en expresar que la soja mata, tanto como por el uso y abuso de agrotóxicos y cuanto porque ha reemplazado a la producción de alimentos para los argentinos y los paraguayos, destruyendo nuestra Soberanía Alimentaria.

Si realmente a Al Gore le preocupa el medio ambiente, deberia ser serio y trabajar por una moratoria en las propuestas de utlilizar agrocombustibles como reemplazo de los combustibles fósiles. Debería oír las voces de las víctimas del modelo de produccion de agrocombustibles en los países productores de materias primas. Al Gore debería ser un poco realista, releer la carta que le enviamos y darse cuenta que no hay forma de hacer agrocombustibles “sustentables ni responsables” para mantener el nivel de despilfarro energético de los paises “desarrollados”.

Tememos que con las campañas que se impulsan a favor de alimentar motores desde nuestra agricultura, aumente la pobreza y el hambre, se acreciente la crisis ambiental y se profundice el modelo de la dependencia argentina. En el plano internacional esa campaña a la que casi toda la dirigencia política se presta con irresponsabilidad o con complicidad, conlleva un proceso de avance del Capitalismo Globalizado en el que las empresas cerealeras y biotecnológicas, las automotrices y las petroleras, se aúnan para reconfigurar el planeta a su arbitrio y convertir el cambio climático y las catástrofes ecológicas anunciadas en un nuevo y formidable negocio a la vez que en medio para la apropiación del poder total.

NO LO PERMITAMOS! LUCHEMOS POR NUESTRA SOBERANIA ALIMENTARIA

Grupo de Reflexión de Rural

Argentina

15 de mayo de 2007

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