BIOTECNOLOGIA: Mientras más transgénicos, más agrotóxicos
CARMELO RUIZ MARREROCIP Americas Policy Program http://www.ircamericas.org/esp/6682
Las compañías de biotecnología aseguran que sus cultivos transgénicos son buenos para el ambiente porque requieren de menos agroquímicos toxicos (agrotóxicos), como insecticidas y herbicidas. Pero una recién publicada evaluación de los datos generados en los pasados trece años de siembra de soya, maíz y algodón transgénico en Estados Unidos realizada por el científico Charles Benbrook demuestra todo lo contrario. Datos de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil y del gobierno uruguayo presentados en 2009 muestran que en Brasil y Uruguay respectivamente la introducción de cultivos transgénicos vino acompañada de agudos aumentos en el uso de agrotóxicos.
"Es grave porque los agrotóxicos son un importante factor de daños ambientales (al agua, suelos, flora y fauna) y a la salud humana", informa Silvia Ribeiro, de la organización no gubernamental Grupo ETC. Muchos agrotóxicos "son disruptores endócrinos (producen desequilibrio hormonal con disminución de la fertilidad o infertilidad) y/o afectan el sistema nervioso e inmunológico, entre otros problemas. Se ha comprobado que los alimentos elaborados con transgénicos, contienen residuos de agrotóxicos hasta 200 veces más altos que los elaborados con cultivos que no lo son, debido a la gran cantidad de agrotóxicos que se les aplica en la siembra." [Paréntesis en el original.]
El agroquímico más utilizado con cultivos transgénicos es el herbicida Roundup de Monsanto, cuyo ingrediente activo es el glifosato. La compañía sostiene que su uso es ambientalmente benéfico pues es menos tóxico que otros herbicidas.
"El glifosato, que las empresas describían como inocuo—aunque nunca fue verdad y Monsanto fue multado por publicidad engañosa debido a esta afirmación—era considerado menos tóxico que otros herbicidas", dice Ribeiro. "Actualmente, gracias a los transgénicos, la concentración del glifosato ha aumentado exponencialmente y el informe (de Benbrook) reporta que en ciertos casos se usan cantidades 100 veces mayores que de otros herbicidas por unidad de área, por lo cual finalmente tiene un impacto mucho mayor que incluso herbicidas clasificados como más peligrosos. Por otra parte... las empresas aumentan el porcentaje de componente activo en las fórmulas y le agregan surfactantes y otras sustancias para coadyuvar la acción del glifosato, lo cual aumenta y agrega impactos." [Paréntesis añadido.]
El embriólogo argentino Andrés Carrasco, investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y director del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires, investigó en 2009 los efectos del glifosato sobre embriones y encontró efectos adversos sustanciales. Por sus hallazgos sufrió una prolongada campaña de desprestigio y persecución por parte de sectores favorecedores de los transgénicos. "Amenazas anónimas, campañas de desprestigio mediáticas y presiones políticas fueron algunas de las consecuencias de un doble pecado, investigar los efectos sanitarios del modelo agropecuario y, más grave aún, animarse a difundirlos", informa el diario argentino Página 12.
Ribeiro advierte que debido a que las malezas están desarrollando resistencia al Roundup, las corporaciones están desarrollando nuevas semillas transgénicas que pueden causar aún más problemas que las que actualmente se siembran.
"Las empresas 'enfrentan' el problema de las resistencia en malezas con más de lo mismo: creando transgénicos que tienen más cantidad de genes ajenos, para resistir aplicaciones simultáneas de varios agrotóxicos... El apilamiento de genes es muy lucrativo para las empresas—las semillas cuestan hasta el triple que las convencionales—pero multiplican los riesgos de contaminación del ambiente, del flujo genético a otros cultivos y los riesgos del consumo, tanto por la presencia de nuevos elementos, como por la sinergía negativa que se crea entre ellos. Uno de los peores ejemplos de este tipo es el maíz SmartStax de Monsanto, con ocho rasgos transgénicos apilados, que aunque fue llevado a juicio en Canadá por no haber sido evaluados sus impactos en la salud, fue irresponsablemente aprobado recientemente por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), para su consumo en México."
FUENTES:
Darío Ananda. Entrevista a Andrés Carrasco. Página 12, 3 de mayo 2009. http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-124288-2009-05-03.html
Silvia Ribeiro. "Transgénicos usan más tóxicos". La Jornada, 30 de enero 2010. http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/54438
Carmelo Ruiz Marrero es un periodista ambiental independiente y analista ambiental del Programa de las Américas del CIP (www.ircamericas.org), un becado (fellow) del Oakland Institute y (senior fellow) del Environmental Leadership Program, además de fundador y director del Proyecto de Bioseguridad de Puerto Rico (bioseguridad.blogspot.com). Su página web bilingue (carmeloruiz.blogspot.com) está dedicada a asuntos globales de ambiente y desarrollo.
Para usar este artículo, favor de contactar a americas@ciponline.org.
Etiquetas: Americas Program, Biotech, Carmelo
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