Semanario CLARIDAD
Puerto Rico, 3 de octubre 2002
"Agents of Repression: The FBI's Secret War against the Black Panther Party and the American Indian Movement". 388 páginas, más 87 páginas de notas y referencias.
"The COINTELPRO Papers: Documents from the FBI's Secret Wars against Dissent in the United States". 329 páginas, más 107 páginas de notas y referencias.
Ambos escritos por Ward Churchill y Jim Vander Wall, publicados originalmente en 1990 por South End Press. Ambos en sus segundas ediciones, publicadas en 2002.
Muy pocas personas en Estados Unidos han estudiado la represión tan minuciosamente como Ward Churchill y Jim Vander Wall. En sus libros Agents of Repression y The COINTELPRO Papers presentaron el "aquí" y "ahora" del estado policial que impera en la "Gran Democracia".
Hay algo verdaderamente espeluznante en estos libros. Aún el lector bien versado sobre la historia de la represión en Puerto Rico y en otras partes del mundo, encontrará que esta lectura le hará hervir la sangre de indignación, como pocas lecturas podrían hacerlo.
La razn para esto no es tan obvia. Después de todo, las atrocidades y crímenes de estado reseñados por Churchill y Van Der Wall palidecen en comparación con los asesinatos en masa realizados por Washington y sus esbirros en lugares como Vietnam, Laos, Timor Oriental, Guatemala o Irak.
Pero los sucesos narrados en estos dos libros ocurrieron "al ladito de casa", en las calles de Chicago y Los Angeles y en los campos de las Dakotas. Y la proximidad a nosotros es más que física y geográfica, porque es también un país donde viven millones de nuestros compatriotas y familiares. ¿Qué puertorriqueño no ha visitado o vivido en Estados Unidos alguna vez? ¿O que no tenga parientes o amigos viviendo en los "niuyores"?
Más espeluznante aún, la agencia represiva autora de los bárbaros y a menudo sangrientos episodios en cuestión tiene una oficina en San Juan, cuya directora se acuesta todas las noches con el jefe de nuestra policía. (Kind of creepy, isn't it?)
La ciudadanía se cree bien informada del acontecer en Estados Unidos porque leeTime (si es que lee algo) y ve a CNN. Pero, ¿Cuánta gente ha oído de Wounded Knee o de COINTELPRO? ¿Cuántos saben de los cobardes y macabros asesinatos de Ana Mae Aquash, Freddie Hampton y Joe Stuntz? ¿O de los casos fabricados contra Geronimo Pratt y Leonard Peltier?
Sobre 250 de las 388 páginas de Agents of Repression están dedicadas a la represión federal contra el American Indian Movement (AIM), organización política de los indígenas norteamericanos. Películas de Hollywood como Dances with Wolves nos dan la impresión de que aunque lo que le hizo el hombre blanco al indio fue muy malo, eso es cosa del pasado porque los indios (o nativos, indígenas, Native Americans como quieran llamarlos de manera políticamente correcta) ya no existen.
Pero ni Buffalo Bill, ni el general Nelson Miles ni John Wayne acabaron con ellos. Para la inconveniencia e inquietud de quienes preferirían dar por cerrado ese capítulo de la historia yanqui, los indios todavía existen en USA. En los años setenta lucharon por sus derechos, y el gobierno respondió con una violencia descomunal, y descomunal también fue la manera en que fue diligentemente borrada de la historiografía oficial.
En 1973 unos doscientos activistas de AIM se congregaron pacíficamente en Wounded Knee, en la reservación india de Pine Ridge en Dakota del Sur (lugar donde unos 350 indios desarmados, incluyendo mujeres y niños, fueron masacrados por el ejército montado en 1890) para un acto simbólico. Pero al llegar fueron rodeados y atacados por los matones de Dickie Wilson. A pesar de ser indios al igual que los de AIM, Wilson y sus colegas trabajaban para el gobierno estadounidense manteniendo la "ley y orden" en Pine Ridge mediante un régimen de terror. Los miembros de AIM, hartos y cansados de la impunidad de los rufianes de Wilson, pusieron resistencia y comenzó así el sitio de Wounded Knee, que duraría meses.
Los federales, por supuesto, encontraron en el incidente una oportunidad irresistible para meter la cuchara y acabar con AIM de una vez. Pronto llegaron agentes del FBI con armas largas y del Grupo de Operaciones Especiales de la oficina del Alguacil Federal. Y luego aparecieron la Guardia Nacional de Dakota del Sur y el ejército nacional, con 17 vehículos acorazados, helicópteros y aviones caza Phantom, todo esto bajo el mando del general Alexander Haig, futuro secretario de estado. Fue el enfrentamiento militar doméstico más grande en Estados Unidos desde la guerra civil.
Churchill y Vander Wall narran con gran detalle los sucesos de Wounded Knee y el misterioso tiroteo en Pine Ridge en 1975 en el que murieron dos agentes del FBI. Los autores explican cómo los federales le fabricaron un caso al líder de AIM Leonard Peltier por la muerte de los dos agentes. Peltier lleva ya sobre 25 años en prisión e insiste en su inocencia.
62 páginas de Agents of Repression están dedicadas a otra página importante en la historia de la represión en Estados Unidos: la campaña del FBI contra las Panteras Negras, grupo revolucionario afroamericano que fue especialmente fuerte en Chicago y California.
Esta campaña, que contó con la colaboración de fuerzas policiales locales, informantes y agentes provocadores, incluyeron asesinato a sangre fría. Tal fue el caso de Freddie Hampton, quien fue ultimado en horas de la madrugada mientras dormía en su apartamento, por agentes de la policía de Chicago bajo la supervisión del FBI.
Los autores destacan la práctica conocida como "bad jacketing", en la cual un infiltrado en una organización revolucionaria acusa falsamente a uno o varios militantes de ser agentes. Los organismos represivos esperan que de esa manera se siembre la discordia en la organización penetrada o peor aún, que sus miembros se maten entre ellos.
The COINTELPRO Papers es para quienes leyeron Agents of Repression y quieren saber más. Es un análisis incisivo de los documentos del FBI que han salido a la luz pública, cómo se obtuvieron y qué dicen de la naturaleza de la represión en Estados Unidos. Las páginas 63 a la 90 están dedicadas a los operativos contra nuestro movimiento independentista. La nueva edición contiene un prefacio de Churchill en el que analiza extensamente la masacre de Waco.
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