(Tomado de la sección "Breves Ambientales" del semanario puertorriqueño Claridad)
ECUADOR: ¡Estos ambientalistas gringos!
El grupo ambientalista estadounidense
The Nature Conservancy (TNC) conspira con el gobierno de Estados Unidos para privatizar el patrimonio natural de Ecuador y ponerlo en manos extranjeras, según la organización no gubernamental (ONG) ecuatoriana Acción Ecológica.
En comunicado reciente, Acción Ecológica informa de una reunión que hubo el pasado 15 de enero en las oficinas de TNC en Quito, con organizaciones locales afines, como la Ecociencia y Fundación Natura, representantes de la embajada de Estados Unidos y oficiales de la agencia estadounidense USAID.
El propósito de la reunión fue planear una estrategia para lograr que la legislatura ecuatoriana apruebe una Ley de Biodiversidad. Lejos de ser una ley para la protección del ambiente, ésta “permitirá la privatización de las áreas protegidas, el desconocimiento de los derechos colectivos, y permitirá el ingreso de organismos transgénicos en nuestro sistema agrícola y el patentamiento de la vida”, advierte Cecilia Cherrez, de Acción Ecológica.
La embajadora yanqui, Kristy Kenney, y Larry Memmott, jefe de la Sección Económica de la embajada- ambios presentes en la reunión- le están diciendo al gobierno de Ecuador que si quiere un acuerdo bilateral de comercio con Estados Unidos, debe cambiar sus leyes en materia de biodiversidad, propiedad intelectual y en el campo ambiental.
TNC es quizás la ONG más adinerada de todo Estados Unidos, y tiene una estrategia para el acceso y manejo de áreas naturales protegidas a nivel mundial. Este grupo ambientalista uno de los terratenientes más grandes del mundo, tanto por sus contratos de administración de áreas protegidas como por la compra de tierras que impulsa. TNC posee más de 36.9 millones de hectáreas de terrenos alrededor del mundo.
Dice Cherrez que TNC “forma parte de la estrategia de Estados Unidos para el control del espacio en países como el Ecuador, con rica biodiversidad”. A pesar de ser un ente no gubernamental, recibió $147 millones del gobierno estadounidense entre 1997 y 2001.
TNC tiene buenas relaciones con corporaciones transnacionales, especialmente las petroleras. Por ejemplo, Chevron Texaco, que enfrenta juicio en Ecuador por sus crímenes ambientales, maneja junto con esta organización una reserva forestal de mil hectáreas en la costa brasileña. TNC es además integrante del
Energy and Biodiversity Initiative, un consorcio de ambientalistas y empresas petroleras que ha sido objeto de
fuertes críticas por parte de grupos como Oilwatch y Acción Ecológica.
“Necesitamos hacer un frente común para parar la arrogancia, abuso e imposiciones de Estados Unidos, necesitamos desmantelar la estrategia política y militar de control del espacio”, exhorta Acción Ecológica. “Necesitamos desenmascarar a las instituciones como TNC, que son parte de esta estrategia.”